martes, 22 de diciembre de 2009

Cuando el destino nos alcance

La Humanidad solo tiene un hogar y visto en perspectiva nuestro planeta tan solo es una enorme nave generacional, en un viaje solitario y permanente alrededor del sol. No tenemos otro lugar a donde ir y nuestra suerte, y la de otras miles de especies, está ligada a la de la Tierra. En caso de catástrofe, el destino de millones de seres vivos será incierto y nuestros descendientes sufrirán las consecuencias de nuestra negligencia, indiferencia e irresponsabilidad.

Los mayas no comprendieron porqué las lluvias les evitaban, ni porqué su civilización languidecía hasta finalmente desaparecer engullida por la selva. Sus conocimientos no les permitieron establecer una relación causa-efecto entre la deforestación y la desaparición de las lluvias. Su desarrollo tecnológico y perfecta adaptación a las condiciones locales, antes de que estas fueran alteradas, no marcaron ninguna diferencia. Así que la nuestra es una generación afortunada, sin llegar a conocer todos los mecanismos que rigen el clima en nuestro planeta, al menos es conscientes de que este está cambiando y esto nos permite si no evitarlo, algo bastante improbable, sí al menos anticiparnos al posible desastre que supondría el enfriamiento o el calentamiento de nuestro planeta. No conocemos las razones exactas del cambio, si se trata de un proceso natural inevitable o es el resultado de la acción del hombre, pero eso a estas alturas carece de importancia. Podemos dedicar décadas a discutir si son churras o merinas, malgastando este periodo de gracia que la ciencia nos ha concedido en debates estériles y discusiones que solo servirán para condenar a las generaciones futuras a ver reducida la civilización a un pálido reflejo de lo que podría ser, si el sentido común, guiara nuestras decisiones.

Recuerdo un relato de Isaac Asimov, que leí siendo un adolescente, es decir, hace muchísimo tiempo. Contaba la historia de un hombre que decidía permanecer en un mundo que sería destruido por un cambio en su sol, la única razón que tenía para permanecer en aquel planeta agonizante es que no deseaba que un mundo tan hermoso muriera solo. Quizá como ejercicio literario, acompañar la belleza hasta sus últimos instantes sea un gesto conmovedor, pero no creo que muchos de nosotros quisiéramos participar en él. Así que quizá sería buena idea empezar a pensar cómo organizar nuestras vidas y sociedades para que el impacto de los cambios sea mínimo, aunque la verdad, sospecho que eso ya ni siquiera es ciencia ficción, sino puro delirio. Somos tan absurdamente previsibles que como Edipo seguiremos nuestro camino, pese a quien pese, hasta que el destino nos alcance.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Involución

Nueve hombres secuestraron y juzgaron a una mujer de acuerdo a la Sharia, la condenaron a muerte, pero pudo escapar y explicar su odisea. Esto no ocurrió en una aldea sudanesa o en una de las modernas urbes de Arabía Saudí, sino en una población de Tarragona. Días después otras informaciones indicaban que podrían existir en Cataluña “brigadas de la moral” cuyo propósito sería aislar a los miembros de la comunidad musulmana y crear una realidad social y jurídica ajena al estado de derecho. Seguramente estos hechos, sean o no ciertos, servirán para alimentar el desprecio hacia este colectivo y justificar posiciones xenófobas. Lamentablemente estas actitudes y dinámicas no son exclusivas de una sola creencia religiosa, ni nuevos los intentos del integrismo por ocupar espacios en la sociedad civil e imponer un modelo de convivencia sustentado en principios religiosos.

En nuestro país, no hace mucho tiempo; un juez, justificó en parte una resolución apelando a la Biblia y citando al “maligno”. En EEUU, origen del fundamentalismo religioso, al menos del cristiano, cada vez es más frecuente que los jurados recurran a la Biblia en sus deliberaciones. Así que este proceso de “sacralización” no es patrimonio de una religión, sino que responde a una realidad mucho más amplia y por lo tanto más preocupante. En España la Iglesia Católica tiene una gran tradición de intervención en la vida pública y en la existencia de sus ciudadanos. Y pese a que el nuestro, es un Estado de carácter laico, esta institución, al menos sus sectores más radicales, se resisten a perder esta influencia. El debate sobre la ley del aborto solo es un ejemplo de hasta dónde son capaces de llevar su discurso.

Lo curioso de este proceso es que estos integrismos, pese a propugnar el retorno a unas normas con miles de años de antigüedad, que seguramente serían adecuadas para regir las relaciones entre clanes de cabreros pero que en nuestras complejas sociedades se quedan algo cortas, no tienen ningún inconveniente en utilizar los instrumentos que la “diabólica” tecnología pone a su alcance para hacer llegar su mensaje al mayor número posible de personas. En esta involución no solo se sustancia la libertad de los individuos, sino también la de los valores de la comunidad, atomizándolos y en gran medida feudalizándolos, al consentir que unos líderes religiosos establezcan las pautas de conducta de las personas y pretendan que sus vidas se ordenen en torno al capricho y ambición de unos supuestos “intérpretes” de la voluntad divina. Con nuestra pasividad no solo permitimos que el imperio de la ley sea subvertido, sino también el de la razón. No debemos llamarnos a engaño, un fascista es un fascista, independientemente del libro de referencia que utilice, sea este la Biblia, el Corán o el Mein Kampf.

martes, 8 de diciembre de 2009

Neutrales e inmaculados

La civilizada, inmaculada y neutral Suiza, tierra de valles y cumbres de nieves tan blancas como la virtud que sus bancos conceden al dinero que reposa en el sueño de los justos y del anonimato. El país de Guillermo Tell, Heidi y los Rolex nos ha dado a todos una lección de cómo se conservan las tradiciones y la homogeneidad del paisaje. Nos han enseñado, con un solo referéndum, cómo perder la neutralidad, al menos de puertas para adentro, sin ni siquiera despeinarse.

Debemos reconocer que estos suizos no solo son muy suyos, sino también muy hábiles. Han logrado pasar por la historia de punta en blanco, sin que la sangre que bañó nuestra desgastada casa llamada Europa, les salpicara. Durante la segunda guerra mundial, en un gesto que dejó patente su imparcialidad, dieron refugio al dinero, sin importarles si el titular era un verdugo o una víctima. Esos años negros fueron para esta nación tiempos dorados de abundancia y prosperidad. Mientras los ejércitos aliados se desangraban tratando de llegar a Berlín y acabar con la bestia nazi, sus fábricas, que no podían ser bombardeadas, producían armas para el agonizante Reich de los mil años, contribuyendo con su neutral esfuerzo a prolongar la guerra y ya de paso la muerte de cientos de miles de personas. Acabada la guerra nadie les exigió responsabilidades, ni siquiera cuando en un ejercicio de descarnado cinismo o de exceso de celo, exigieron a los supervivientes de los campos de exterminio certificados de defunción que acreditaran la muerte de los titulares de las cuentas. Trámite sencillo, bastaba con volver a Mauthausen o a Auschwitz y escarbar entre las cenizas para que los legítimos herederos pudieran recuperar sus patrimonios.

Así que nadie debería sorprenderse cuando esta nación, acostumbrada a vivir en un permanente estado de duplicidad moral, vota con toda la naturalidad del mundo y sin inmutarse, prohibir los minaretes en su país. Esa es una de las muchas ventajas de ser neutrales y refugio de capitales, puedes hacer lo que te de la gana y encima hacerlo en olor de santidad.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Manifiesto: "En defensa de los derechos fundamentales en Internet"

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia".

Climategate

Cortesía de Claudia.

Vídeo de Alex Jones. (El problema del vídeo es que el tal Alex Jones es famoso por sus teorías conspirativas y sus interpretaciones alternativas de hechos históricos y actuales. No sé hasta qué punto es fiable).