jueves, 30 de octubre de 2008

Teatro Mercurio en el Aire (1938)

Antes de juzgarles con excesiva severidad debemos recordar que nuestra propia especie ha destruido completa y bárbaramente, no tan sólo especies animales, como las del bisonte y el dido, sino razas humanas. Los tasmanienses, a despecho de su figura humana, fueron enteramente borrados de la existencia en la exterminadora guerra de cincuenta años, que emprendieron los inmigrantes europeos. ¿Somos tan grandes apóstoles de misericordia que tengamos derecho a quejarnos porque los marcianos combatieron con el mismo espíritu?
Herbert G. Wells. La guerra de los mundos.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Excelsos traseros

Creí haber leído mal, pero no, lo ponía claramente, aquellos chicos que orgullosos y sonrientes mostraban sus traseros eran los ganadores de un concurso de culos. Uno que se pasa la vida buscando excusas y explicaciones, mediatizado por las actuales circunstancias económicas evocó rápidamente la novela "Danzad, danzad malditos". Pobres chicos, ellos como aquellos personajes de la Gran Depresión han de perder su dignidad para poder ganar un puñado de malditos dólares. Una vez superada mi crisis marxista-teresiana me dije, ni dignidad ni dólares, estos sonríen y cobran tres mil euros por tener el mejor "culo". Y yo que debo de ser bipolar, pasé de la depresión a la risa y después nuevamente a la depresión, no por los culos en sí, los cuales hay que reconocerlo, llevaban con mucha dignidad las bragas y calzoncillos, sino por el hecho de que hubiera gente dispuesta a mostrar sus meritorios culos, sonreír mientras lo hacían y encima dejarse fotografiar.

Hay que joderse, pensé, no son los ganadores de unas olimpiadas matemáticas, ni nuevas promesas de la literatura, ni siquiera el futuro equipo olímpico de natación sincronizada, no señor, son los mejores culos, en letra de molde y en portada de la edición digital de un medio muy catoliquillo. Era necesario disfrutar del momento, ante mis ojos se presentaban los triunfadores, la expresión de un concepto artístico muy volátil, era casi un momento de éxtasis, como las esculturas de hielo y a diferencia de los grandes autores y artístas, a estos con la madurez les llegará la decadencia.

Estaba siendo testigo, solo ahora soy consciente, de un momento único e irrepetible de nuestro desarrollo cultural. Volví a mirar la foto picado por la curiosidad y veo a dos jóvenes y dos jóvenas (no seamos sexistas y pasémonos los genéricos por el forro del abrigo) sonriendo con entusiasmo y mostrando con orgullo sus excelsos traseros. Y uno vuelve a pensar ¡Esto es la leche! . Y después de unos minutos, una vez superada una nueva crisis bipolar y mientras trataba de despejarme de la impresión leyendo un artículo sobre una de esas chorradas que pasan en Irak, de repente, de forma inesperada, como una revelación, se hizo la luz.

Caí en la cuenta de que no era tan sencillo organizar un concurso de ese tipo, no es cualquier cosa. Primero debes ser capaz de reunir a un grupo de gilipollas integrales o profundos, personas que se han pasado la vida mirándose el trasero en un espejo y han vivido observando el de otros, comparando mentalmente, anotando las diferencias y dedicando horas de lecturas en técnicas de mejora de sus traseros. Luego, tras el largo proceso de aprendizaje, de conocimiento de tu propio culo, llegas a la fase de convencimiento, afirmas sin sonrojo ni inseguridad :"tengo un gran culo" (gran en términos cualitativos, se entiende, esta temporada se lleva el culo anoréxico-anécdota, de líneas poco definidas, pero corte respingón y colores tostados). Tras esa dura fase de crecimiento artístico y personal, llega el momento de cuidarlo, de poner en él todas tus ilusiones y expectativas, de mirárselo y decir mientras lo señalas: "tú llegarás lejos".

Una vez reunes al grupo de jóvenes y jóvenas, convencidos y convencidas de sus talentos y posibilidades de éxito, llega la parte intelectual del asunto, quizá por eso la más complicada. Buscar a un grupo de expertos en culos y persuadirlos para hacer de jueces implacables, sacarlos de sus bibliotecas o laboratorios donde con constancia y tesón, tratan de desentrañar todos los secretos de un buen culo. Esta no debe ser una tarea sencilla, es todo un reto reunir a un grupo de especialistas, dispuestos a revelar los secretos de los gluteos más refinados al resto de mortales. Mostrar al gran público sus profundos conocimientos estéticos sobre el trasero del homo y homa sapiens sapiens. Es todo un arte separar los culos normales de los notables y de estos últimos los excelentes.

Pese a las apariencias, insisto de nuevo, no es sencillo organizar un concurso de ese calibre. Poca gente es capaz de juntar en tan poco tiempo y en el mismo lugar a tanto gilipollas y tonto del culo. Pero sobretodo es un ejercicio de irresponsabilidad, porque luego han de ser los padres quienes apechuguen con los éxitos de sus vástagos. Si tuviera un hijo, cosa extraña, después de leer esta noticia y ver dos sesiones de gran hermano, la vasectomía no me parece tan mala opción. Pero si ese improbable hijo mío, ese cariñito de mi corazón, esa cosita tierna de mi alma (perdón, para escribir utilizo el método Stalisnavski y a veces se me va la mano) creciera y apareciera un día con su diploma al mejor culo bajo el brazo y presumiendo de ello, lo miraría con cariño, ternura y comprensión, le diría con sinceridad: hijo, no es mérito tuyo, se llama genética, pero lo otro tampoco es culpa tuya, se llama hipoxia y ya demandamos al tocólogo. Aunque como la paternidad es blanda con sus propios accidentes y errores, quizá guardaría silencio mientras pienso aquello de que lo que Dios no da, Salamanca no presta. Y eso tampoco es culpa de nadie.

martes, 28 de octubre de 2008

28 de octubre de 1999


Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar

y nombradla capitana

de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:

sobre el corazón un ancla

y sobre el ancla una estrella

y sobre la estrella el viento

y sobre el viento la vela!

lunes, 27 de octubre de 2008

Tuning (Que me quiten lo bailao)

El President del Parlament ha gastado más de nueve mil euros añadiendo unos "extras" a su coche oficial, un Audi A8, del cual desconozco el precio, pero seguramente supera con creces los ingresos anuales de muchas familias. Para quienes viven inmersos en un mundo de macrocifras esa cantidad de dinero les debe resultar ridícula en comparación con otro tipo de gastos. Para muchas familias, esos nueve mil euros son la diferencia entre el desahucio o la tranquilidad de poder continuar pagando durante algunos meses más sus hipotecas.

La sobriedad y austeridad de nuestros cargos públicos deberían ser las normas de conducta cuando actúen en nuestra representación. Da igual si crecemos económicamente o estamos en recesión. Si algunos no olvidaran estos principios, posiblemente los ciudadanos mostraríamos menos desapego por la vida pública y no seríamos tan escépticos con las palabras e intenciones de nuestros representantes.

Si estás en el desempleo y ves peligrar el bienestar de tu familia esos gastos resultan no solo injustificados, sino también indecentes. Mejor juicio no merece esa conducta cuando después de doce horas de trabajo, a cambio de un sueldo miserable, descubres que un cargo institucional es un auténtico sibarita a cuenta de tus impuestos. Seguramente éste es uno de los dramas de la izquierda, ver que algunos políticos autodenominados de "izquierda" actúan como nuevos ricos, imputando el coste de los caprichos a sus iguales. Es complicado confiar en palabras y proyectos cuando quienes deben dar ejemplo se conducen como si todo les diera igual y el mundo terminara cuando cesan en sus cargos.

jueves, 23 de octubre de 2008

Crónicas de un marciano perplejo (Y muy mosqueado)

Los madrileños serán sancionados si no separan la basura. Cómo controlarán el cumplimiento de esta normativa es un absoluto misterio y me muero de impaciencia por conocer el método escogido por el Ayuntamiento para aplicar la medida. Quizá dispongan agentes en cada contenedor de basura con la clara instrucción de registrar todas y cada una de las bolsas o puede que opten por la solución aeroportuaria y recurran a arcos de seguridad capaces no solo de diferenciar el plástico del aluminio o de la materia orgánica, sino también si la ropa interior de los ciudadanos es de fibras naturales o sintéticas.

Estoy completamente a favor de casi todas las medidas encaminadas a preservar el medio ambiente. Mis dudas se manifiestan cuando la protección parece transformarse en una excusa recaudadora o solo forma parte de un discurso políticamente correcto. En estos supuestos es cuando a uno le entran ganas de llenar una bolsa con sus propios residuos orgánicos, eso si, sin aditivos ni conservantes, manteniendo todas sus propiedades naturales y enviarla al despacho del político o técnico de turno responsable del departamento con una nota de sugerencia. No necesita ser una nota muy extensa; si lo bueno breve, dos veces bueno. Eso sí, redactada con mucha educación y afecto, para no desentonar con nuestro presente, recordándole que en todo caso incentivar la separación de basura mediante deducciones fiscales, por ejemplo sobre el impuesto de recogida de basuras, quizá sea una medida mucho más efectiva que las multas, además de tener el efecto beneficioso de despejar nuestras dudas respecto a la intención recaudadora de la administración.

También es posible recordarles en esta nota, no es imprescindible, que estas deducciones fiscales son eficaces y realmente estimulan el cumplimiento de los objetivos. Hace unos quince años, este país se propuso arrasar la costa mediterránea, construyendo a pie de playa, quemando bosques y reduciendo parques naturales hasta que tuvieron el tamaño de una maceta mediana. Podemos decir con orgullo que lo hemos logrado y esto nunca hubiera sido posible sin la inestimable contribución de las diferentes administraciones, quienes ofrecieron todas las facilidades, incluidas desgravaciones fiscales a cualquiera dispuesto a arrasar un paraje natural y construir una urbanización. Les animo a potenciar las desgravaciones, a poner tapones en los tubos de escape de los coches, en las chimeneas de las térmicas y cementeras y si sobra alguno, pueden metérselo… en la boca.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Conviene recordar

El estado argentino ha decidido intervenir las entidades privadas que gestionan las pensiones de nueve millones de argentinos. Éste es uno de los riesgos del sistema privado de pensiones, los depósitos pueden esfumarse de la noche a la mañana por una crisis financiera, mala gestión o simplemente por la actuación irresponsable de unos sinvergüenzas decididos a jubilarse en cualquier paraíso tropical, mejor si también es fiscal, a cuenta del futuro de millones de personas.

Un economista argentino, aparentemente molesto con la intervención, lanzó una arenga contra esta medida. Según él, el Estado solo pretendía apropiarse del dinero de los jubilados para financiar su déficit. Después de esta afirmación, si alguien tenía alguna duda sobre la suerte de esos fondos, a estas alturas debe de estar temblando, santiguándose o las dos cosas a la vez. Posiblemente cuando el estado pueda intervenir esas entidades, el dinero ya habrá desaparecido y solo le quedarán dos opciones: asumir la responsabilidad garantizando las pensiones de los afectados o seguir el ejemplo del economista y escurrir también el bulto montando uno de esos espectáculos judiciales que invariablemente acaban en condenas ridículas y dejando a los afectados con una mano delante y otra detrás.

Este ejemplo, hay muchos más, debería recordarse cuando el político o empresario de turno pretenda vendernos el cielo en forma de privatizaciones. Es fácil reconocerlos por sus actos, pero especialmente por sus palabras. Son tipos obsesionados con el futuro, de una gran tenacidad y siempre acompañados de doña eficiencia y doña rentabilidad. Sus discursos, si sus palabras no son escuchadas y sus consejos ignorados, acaban siempre en catástrofe, su especialidad es acojonar al respetable. Sin embargo, existen ejemplos que niegan sus indiscutibles evidencias o como mínimo las cuestionan. Uno de estos ejemplos es Estados Unidos, donde los costes administrativos del sistema sanitario privado suponen un 25% del coste total, mientras que en países europeos con sistemas públicos de salud estos gastos no superan como media el 15%. La gran diferencia es que los sistemas europeos son universales y en el paraíso de la iniciativa privada, unos ochenta millones de personas o no tienen cobertura sanitaria o ésta es insuficiente para atender sus problemas de salud.

Son muchos y variados los estropicios de la tan cacareada eficiencia privada como gestor de pensiones y salud. Conviene recordar, cuando uno de esos charlatanes nos calienten los cascos con sus promesas, que la codicia, la incompetencia y las excusas singulares pueden darse en cualquier latitud, eso sí, la pasta y los sinvergüenzas acaban siempre reapareciendo en los mismos paraísos.

lunes, 20 de octubre de 2008

Justicia: Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece

Los secretarios judiciales convocan una huelga porque uno de los suyos ha sido sancionado por el Ministerio de Justicia. No recuerdo que hicieran lo mismo cuando una niña murió a manos de un pederasta. No sé si entonces, en un ejercicio de dignidad, detuvieron su actividad durante unas horas para, como mínimo, fingir conmoción por la noticia de que un delincuente, procesado y condenado, no ingresó en prisión por pura desidia; perdón, por un error, aprovechando ese periodo de "gracia" para cometer un nuevo delito.
Tienen motivos para estar indignados, ya que cuando se dispensa impunidad todos exigen para sí el mismo trato. Los jueces han dado ejemplo de su particular interpretación de la justicia. El buen nombre de los jueces estaba en entredicho y ellos han optado por confirmar a los ciudadanos, como ahora están haciendo los secretarios, que existen sobradas razones para dudar de su imparcialidad y posiblemente también de su integridad profesional. Ellos con su decisión han dejado muy claro lo voluble que puede llegar a ser su rigor y como las faltas propias siempre quedan eximidas o ridículamente sancionadas, mientras las de otros, a veces sin venir a cuento, son juzgadas con extrema dureza.
Estos secretarios deben preguntarse por qué uno de los suyos es suspendido de empleo y sueldo, cuando el juez responsable sale de rositas con tan solo una multa. Si les sirve de consuelo todos nos hacemos la misma pregunta. También a los ciudadanos nos asombra la desproporción de la sanción. Un error que conlleva el asesinato de una niña es ventilado con mil quinientos euros para uno y dos años de suspensión de empleo y sueldo para otro. Todo un ejemplo de equidad y justicia.
Ojalá todos nos volviéramos cuerdos y nunca más se cometiera una falta o un delito, que los particulares resolviéramos nuestros asuntos sin necesidad de juzgados ni jueces. Ojalá llegará el día que pudiéramos enviar a todos estos tipos de corazón duro a sus casas, a mirarse en el espejo, para que pudieran ver sus conciencias reflejadas en él sin el alivio de la impunidad concedida por sus iguales.

viernes, 17 de octubre de 2008

Desconfianzas, hígados y pensiones.

Por fin el Presidente del gobierno y el líder de la oposición se han reunido, no sabemos si a cara de perro o a pecho descubierto para discutir las medidas ante la difícil situación económica. Pese a la reticencias del líder de la oposición, las fuerzas sobrenaturales de la Banca, por algo financian las campañas electorales, han logrado sentar a ambos políticos, si no juntos si al menos frente a frente.

Parece ser éste era un trascendente e imprescindible trámite para transmitir una imagen de unidad ante la crisis económica. Un gesto de tranquilidad y responsabilidad destinado a calmar a inquietos ciudadanos, quienes hasta hace unas semanas vivíamos felices y contentos porque nuestros Bancos eran la leche de solventes y fiables. Nuestro ruedo ibérico parecía inasequible a las convulsiones financieras, nuestros profesionales de banca estaban lejos de las irresponsables prácticas de sus colegas europeos y norteamericanos; eran, en definitiva, todo un ejemplo de seriedad y rigor.

Claro que la fachada de seriedad y rigor de esos profesionales duró muy poco tiempo. Una mañana el ministro del ramo nos desconcertó. Nuestros banqueros eran igual de impresentables como el resto de sus colegas, aún así nuestros ahorros estaban a salvo y es entonces cuando nos ponemos en alerta, no por nuestros ahorros, sino porque conocemos nuestro país y el “modus operandi” de alguno de sus políticos. Es entonces cuando este país de “paganos” impenitentes empieza a preguntarse con evidente fastidio cuánto nos costará la solvencia de nuestros Bancos. Sólo los “mileuristas” muestran indiferencia, al fin y al cabo sus ahorros caben en un monedero y este les acompaña a todas partes, solo esta sujeto al peligro de ser saqueado por vagos y maleantes, gente a la vista de los acontecimientos, infinitamente más confiable que esos "brokers" metidos a "destroyers".

Esos días de octubre contuvimos el aliento, el país avanzó a cámara lenta, los gestos serios y adustos de nuestros líderes era una premonición del zarpazo que nuestros bolsillo iban a sufrir. Cuando oíamos las palabras futuro, superación y sacrificio nuestros hígados se contraían un poco más, enviando a nuestros bolsillos pinchazos de aprensión. El problema de nuestros Bancos no era una cuestión de dinero, sino de confianza entre ellos. Argumento muy razonable y fácilmente aceptado. Se requiere una lobotomía para confiar en un Banco. Finalmente llego el día, la confianza interbancaria solo costaría ciento cincuenta mil millones de euros…hasta final de año. Todos nos quedamos patidifusos. ¿Pero esta gente cómo se apellidaba, Montescos o Capuletos? ¿Qué leían en el desayuno, Bodas de sangre? Porque ciento cincuenta mil millones de euros para capear tres meses, era mucha tela en desconfianza. Nuestros hígados buscan alternativas, quizá mediadores o terapias de grupo servirían para limar asperezas entre ellos y nos ahorraríamos una pasta. Nada de eso, insiste el ministro; hay que aflojar la mosca. Y el ministro que es de Hacienda pero también tiene sentimientos, añade… No costará ni un euro al contribuyente y nosotros, la fiel infantería, con los hígados ya corroídos por la cirrosis respiramos aliviados y pensamos, “menudo mosqueo pillarán los lituanos cuando se enteren que han de pagar nuestra deuda nacional.”

Finalmente el Presidente del Gobierno y el Líder, a duras penas, de la oposición, para oficializar el final de las hostilidades interbancarias, para escenificar “la paz de los tres meses” se reúnen. Luego llegan las declaraciones conjuntas, el presidente como el que no quiere la cosa, así de pasada, afirma tener intención de convocar el Pacto de Toledo. La Seguridad Social debe adaptarse, reestructurarse para enfrentarse al futuro, si bien ya estamos acostumbrados a la suavidad de Zapatero, nos sorprende la tranquilidad de Rajoy. Cuando este deja el aspaviento durante cinco segundos para permitir hablar a su contrincante es cuando realmente nos entra a todos el pánico, especialmente cuando sabemos que este tipo hasta hace dos días exigía, como forma de capear el temporal, el abaratamiento del despido y más flexibilidad laboral.
Ahora coñas aparte y desconfianzas incluidas, me pregunto si debemos tener motivos para estar preocupados, si los periodos de carencia de nuestras prestaciones serán ampliados o su cuantía será reducida. Y ya puestos a sentir miedo, me pregunto también, si esa reestructuración incluirá, ante la falta de liquidez de esa banca tan estupenda, privatizar total o parcialmente nuestro fondo común de pensiones para que después de la tregua navideña puedan continuar desconfiando sin que a nosotros nos cueste nada o casi nada.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Teoría del dominó

Hace unos días leí una noticia de aquellas que te despiertan de golpe. Al parecer el ejército de los EEUU ha perdido la discreción. La compostura no la ha recuperado desde 1945 y ahora públicamente se jacta de que sus “Rambitos” realizan incursiones dentro del territorio de Pakistán en busca de torvos terroristas que han hecho de las montañas de ese país su base de operaciones y entrenamiento.
Recordé entonces la teoría de las fichas de dominó postulada por Eisenhower. Según este general, metido a presidente, si el gobierno de Vietnam del sur se desplomaba sería la ficha que provocaría la caída encadenada de otras “fichas” hacia el comunismo. En esta lógica las diferentes administraciones intensificaron su intervención en ese país hasta llegar a implicarse abiertamente en el conflicto.
Durante la guerra algunos perspicaces generales se dieron cuenta de que los chicos malos de Hanoi estaban utilizando Camboya como ruta de aprovisionamiento. En esos momentos una actuación directa hubiera sido muy mal vista por una opinión pública bastante mosqueada con la guerra, así que los estrategas recurrieron al viejo truco de hacer la guerra con la mano izquierda mientras con la derecha firmaban desmentidos. Ninguno de esos desmentidos, ni siquiera el cinematográfico de John Rambo, cambiaron los acontecimientos. Esa guerra y sus consecuencias seguramente son uno de los ejemplos más imbéciles y trágicos de profecías auto cumplidas.
Más de treinta años después nos encontramos de nuevo a los valientes chicos de las compañías alpha y bravo metidos en un berenjenal de consecuencias imprevisibles. El gobierno de Pakistán está muy debilitado, se enfrenta por un lado a los talibanes afganos que utilizan su territorio como base de operaciones y por el otro a una población cada día más radicalizada y si no tuviera suficiente con estos problemas, ahora tiene que bregar con unos tipos con la cara pintada y mascando chicle que se pasan la frontera pakistaní por el Arco de Adriano mientras disparan a cabras y pastores como si celebraran el cuatro de julio.
Seguramente desestabilizar a una nación con un arsenal atómico que no esconde, no debe de ser la mejor de las ideas, ni tampoco permitir que unos grupos radicales cambien fusiles por plutonio. Resulta difícil creer que las mentes del Pentágono no sean conscientes de los riesgos de extender la guerra a Pakistán, salvo que su intención sea justamente ésa, desestabilizar y dar la oportunidad al Patton o al Musharraf de turno poner las agallas sobre la mesa, mientras civiles inocentes ponen la sangre.

domingo, 12 de octubre de 2008

Menudo coñazo ( en el ámbito privado, claro)

Mañana es lunes y este año la fiesta nacional en solidaridad con las serias dificultades de nuestra economía ha decidido caer en domingo. Mañana no habrá excusas patrioteras para quedarse en cama. No hay mejor tributo a la patria que levantarse e ir a trabajar, aunque lo hagas cagándote en tó mientras finges tener prisa e interés por llegar a esa maldita nave, en ese puñetero polígono diseñado por un arquitecto especialista en laberintos y en que todas las naves industriales sean iguales. Y si no fuera por las furgonetas de SEUR que pasan de todo y aparcan como les da la gana, te meterías en otra empresa con la misma fachada, el mismo capullo en la puerta y las mismas caras de cansancio.
Entras corriendo para encontrar la cara torcida del gilipollas que cobra diez euros más que tú al mes pero se comporta como si la empresa fuera suya o sus problemas de todos. Saludas a tus compañeros con un gruñido, nadie se ofende, a esas horas todos somos perros cansados, otros ni siquiera pueden gruñir, se han pasado el fin de semana haciendo de seguratas o camareros con la esperanza de poder arañar unos días de gracia al Banco, empeñado en llevarse por delante piso, muebles y coche al menor retraso en los pagos.
A las once llega el jefe mirando el reloj como si hubiera desayunado con un ministro y llegara tarde a cepillarse a un banquero. El capullo de los diez euros se arrastra babeando hasta él y pregunta al Sr. Pérez cómo está, cómo ha pasado el fin de semana y si el Sr. Pérez necesita alguna cosa. Y el Sr. Pérez que es un cachondo y aún le dura el efecto del Chivas que se ha tomado en el desayuno, se lo quita de encima llamándole mosca cojonera. Y el capullo, por algo se ha ganado el título de capullo, retrocede sonriendo mientras mira por el rabillo del ojo, a ver quién está riendo la ocurrencia del jefe.
Pero no tiene suerte, estaremos aún dormidos, pero llevamos semanas viendo como el jefe cuando nos mira pone cara de ERE (Expediente de regulación de empleo). Se ha convencido al final de que nadie faltará a su puesto de trabajo, nadie caerá en coma, al menos antes del nuevo año. Así que ha decidido entrar a saco y llorarle al gestor, al cual le da exactamente igual cuántas lágrimas derrame el empresarillo, que entre pucheros y mocos se ve en la obligación de poner a sus queridos esclavos en la puñetera calle. Al gestor se la suda, solo piensa cómo cobrar antes de tramitar el ERE, no vaya a ser que las dificultades de ese tipo sean reales y las lágrimas al final las ponga él.
A las doce el impresentable vestido de Armani sale de su despacho y vuelve a mirar el reloj mientras sonríe a Carmencita, la secretaria con dos enormes talentos y una sonrisa que nos derrite a todos. Ella aguanta resignada las gracias e insinuaciones del jefe y sus comentarios taberneros le resbalan. Es una romántica y solo tiene ojos para su novio de toda la vida, ese mensajero ojeroso y con los pulmones fastidiados por la cantidad de tubos de escape que se fuma cada día. Si no fuera por su simpatía y buena memoria esta empresa se hubiera ido hace mucho tiempo a tomar por el culo. Además de talentosa, simpática y romántica, es cojonuda, ella nos ha soplado lo del ERE.
El consultante del Rolex nos ha ido preparando para cuando llegue el momento. Que las cosas no van bien, que los bancos no aflojan pasta, que estamos fatal. Pero cómo vamos a ir bien pedazo de gilipollas, si cada año cambias de Mercedes y en tu casa hasta el perro tiene yacuzzi. El coche no cuesta nada a la empresa, es un “leasing” dice él. Su puta madre pensamos el resto. ¿Y quién paga la casa en La Moraleja? ¿Y el dúplex en Alicante ? ¿Y el chalet en la sierra ? Y los gastos en putas y fiestas con la excusa de vender tornillos, que serían los que tu habías ido perdiendo, porque en esta empresa siempre hemos fabricado tuercas.
A veces vendías algo, pero en otras ocasiones los tipos miraban el reloj mientras apartaban tetas y copas, maldiciendo por lo bajo porque ya no llegarían a tiempo al partido del nieto y acababan comprándole las tuercas a un chino de Hong Kong que lo único cachondo que tenía era el acento.

Ahora, el pobre del Rolex y del Mercedes en la puerta pasa apuros para llegar a final de mes, él ya no tiene nada, todas sus propiedades son de “leasing”. Y yo pensando que su madre se llamaba Paquita, quien después de haberse matado toda la vida para tirar adelante a tres hijos, descubrió cómo hacer fortuna cuando la pobre ya no reconocía a nadie y desde entonces ha sabido acumular, en el trastero de casa, varios kilos de billetes de quinientos euros. Lo dicho, mañana a las siete todos desfilamos por la Castellana camino del trabajo, es verdad, es un auténtico coñazo y que dure.

viernes, 10 de octubre de 2008

Crónicas de un marciano perplejo (y algo mosqueado)

En tiempos de crisis las medidas firmes y decididas son imprescindibles. Pero tan necesarias como estas, son las grandes dosis de fingimiento, las únicas realmente capaces de transmitir a inversores y ciudadanos tranquilidad. Especialmente en un mercado tan voluble como el financiero, sensible como ningún otro a los rumores, a la histeria, a los desfalcos y a las caídas de nivel cuando las cosas se complican excesivamente.
Una posible estrategia para transmitir seguridad a los clientes y ciudadanos es actuar como si no hubiera pasado nada. Mantener los viejos hábitos y costumbres, incluso cuando estos pueden ser interpretados de forma equivocada o dar pie a comentarios maliciosos. No todo el mundo es capaz de tragarse la vergüenza y continuar derrochando el dinero ajeno pese a los fracasos. No debemos precipitarnos en el juicio a los directivos de AIG, quienes después de ser testigos del duro trance de ver a su entidad intervenida, destinaron casi medio millón de dólares del contribuyente a reponerse en un hotel de la ansiedad y angustia provocada por ese luctuoso incidente. Como buenos profesionales superaron todos sus escrúpulos morales, todas sus dudas y sobreponiéndose a la vergüenza pública y a la más que segura incomprensión de los ciudadanos, optaron por tomar una decisión que acredita su valentía y gallardía: continuar con la fiesta como si nada hubiera ocurrido.
Era inevitable que voces poco conocedoras de ese mundillo donde a menudo los beneficios sólo son resultado de una desproporcionada mezcla de codicia, estupidez y despropósitos, reprobaran su conducta. Resultado de la indignación de esos ignorantes, estos ejecutivos quizá deban abandonar unas prácticas que al final hubieran repercutido de forma positiva en el bienestar de todos.
Para nuestra fortuna no son los únicos. Otros cientos de ejecutivos, quizá más discretos que sus colegas de AIG, continúan empeñando su buen nombre y nuestros impuestos en devolver al mercado la confianza con sus extravagantes e incomprendidos despilfarros.
Estos tipos, hay que reconocerlo, son gente dura, no sé si de carácter, mollera o cara. Debemos inclinarnos y alabar su indisumulado empecinamiento en demostrarnos que realmente nada serio ha ocurrido. Y no les falta razón, después de perder los ahorros de millones de personas, de poner en peligro las pensiones de otras tantas y de dejar al mundo al borde del colapso económico, aún conservan sus empleos y patrimonios, así que tan terrible no ha de ser el asunto.
Personalmente creo que debemos como ellos insistir y sumar más actores a la comedia. Ahora es el momento de que jueces y fiscales entren en escena y actúen como si tuvieran la intención de procesarlos, como si tuvieran la intención de darles la vuelta y sacudirlos hasta que no les quedaran ni monedas sueltas en los bolsillos. Es más, invito a los políticos, quienes gracias a nuestro dinero se han ganado el derecho a formar parte del reparto, que también intervengan en la representación. Que les cojan por el cuello,mientras les patean el culo y los saquen de sus despachos para ponerlos de patitas en la calle. Estoy seguro de que el patio de butacas aplaudirá rabiosamente cuando el telón caiga. Y después de esa catarsis, calificada por algunos de boba o mezquina, quizá no recuperemos la paz interior, pero al menos servirá para empezar a restablecer la confianza, no ya en los mercados financieros, pero sí en los políticos y funcionarios encargados, en nuestro nombre, de gestionar la crisis.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Chantaje a un tonto

Algunos congresistas norteamericanos han acusado a Bush de ser comunista. Los ultra ortodoxos del libre mercado y probablemente también de la Biblia, asustados ante la posibilidad de que el gobierno más por vergüenza que por convicción, una vez regalados los setecientos mil millones de dólares trate de regular los mercados financieros, han decidido atacar esta iniciativa apelando a uno de los terrores clásicos de la guerra fría como era ver convertida a América en un pozo de malditos comunistas.

Estos congresistas han debido andar estos días algo cabizbajos, Cuando ya creían poder respirar con tranquilidad, el gran Satán había sido derrotado sin necesidad de recurrir al átomo, comprueban que el comunismo es una serpiente muy escurridiza y la victoria en la guerra fría tan solo una ilusión. Ahora las hordas rojas, como aquellos invasores de cuerpos, se han introducido en la mente y el corazón de los EEUU. Su presidente posiblemente ha sido sustituido, mientras dormía, por un tipo salido de una vaina. Asustados han debido añorar los viejos tiempos del Senador MacCarthy y su comité de actividades anti-americanas. En sueños deben de haber murmurado el nombre de J. Edgar Hoover, no precisamente por su afición a travestirse, sino por aquellos informes secretos que ponían firme a cualquier legislador dispuesto a salirse de madre. Pero como decía mi abuela, con la Iglesia hemos topado.

La trayectoria personal y política de George Bush esta llena de suculentos despropósitos. Cualquier padre temblaría si uno de sus hijos siguiera el ejemplo vital de este presidente y cualquier chantajista por poco hábil que fuera en su oficio, hubiera logrado, tratándose de otra persona, que el tipo cambiara la política por la pesca. Pero este hombre, lleno de carencias culturales y posiblemente intelectuales, parece hecho de amianto, es incombustible. Su familia ha sabido en su caso hacer de la capa un sayo y han explotado hábilmente las que quizá sean sus únicas virtudes: ser tonto, saberlo y agradecer con pasión los favores recibidos.
Su presidencia se ha regido por esas tres virtudes. Fue elegido gracias a una cuestionable decisión del Tribunal Supremo y a un inacabado recuento electoral en un estado gobernado por su hermano. Se rodeó de antiguos amigos y socios de la industria petrolera y puso a disposición de ella un ejército para invadir y saquear los recursos de una nación independiente. Convirtió la política exterior americana en una extensión de los negocios de esas grandes multinacionales y cuando estos inmorales acuerdos comerciales causaron la muerte de miles de seres humanos, escondió a la opinión pública los cadáveres repatriados y su número.
En política interior no fueron mucho mejor las cosas. Impuso, a cuenta de la seguridad y de la patria, restricciones a los derechos civiles. Y en términos económicos dejó a sus ciudadanos a merced del mercado, permaneciendo indiferente e impasible cuando la clase media, expresión del sueño americano, se empobrecía y perdía sus hogares.
Pese a todo, este raro ejemplar de ser humano que desconcertaría al mismo Darwin, ha sido capaz de sobrevivir a sus propios actos. Quizá por eso sea creacionista, sólo mediante la intervención divina es posible explicar como este tipo ha podido sobrevivir en política tanto tiempo y llegar a ser el presidente de la primera potencia mundial. Seguramente Hoover ni se hubiera molestado en pedir un informe sobre él, sabía perfectamente que es imposible chantajear a un tonto, al menos mientras resulta útil.

martes, 7 de octubre de 2008

Caleidoscopio (Acelerador de partículas)

Hombres sabios? me gustaria saber que es realmente un hombre sabio.
Tambien hay muchos cientificos que se mueren de hambre. Lo que realmente habria que pensar es quien decide lo que es importante o no para invertir en ello. Todo va segun los criterios de unos cuantos y nunca será al gusto de todos.

Anónimo.

El acelerador de particulas del que hablas tratara, entre otras cosas, de buscar el famoso boson de Higgs, famoso porque es la pieza clave para entender el modelo de particulas elementales que predice la teoria. Basicamente, buscar una de las ultimas piezas del puzzle de la naturaleza. Es decir, entender como tu y yo estamos hechos. Y como los fisicos nunca hemos andado en la abundancia ademas de buscar esta famosa particula la radiacion que genere el acelerador producira radiografias a la mejor resolucion hasta ahora del cuerpo humano. Es decir, podra predecir futuras anomalias en el corazon o en el cerebro que ocurren en pequeños capilares que se hayan en estos organos... a mi me parece que vale la pena!

Anónimo.

Montar este pollo, para buscar el Bosón de Higgs me parece algo exagerado, no solo porque hay otros muchos científicos que no creen ni que exista, como declaró el propio Hawking -sería "más emocionante" para la ciencia si el experimento del CERN en la frontera franco-suiza "no encontrase" la "partícula de Dios" o "Bosón de Higgs", principal objetivo de su experimento, ya que no existe-.
Además estas supuestas otras aplicaciones en medicina como radiografias de alta resolución no son más que publicidad barata para mentes incautas. Los sistemas de radiografía actuales ya tienen toda la resolución que necesitamos. Un tumor de menos de 1 centímetro puede ser atacado por el sistema inmunitario. Encontrar tumores por debajo de este tamaño sería peligroso para los pacientes, pues se les sometería a quimioterapias innecesarias, con la consecuente reducción de la esperanza de vida. Además la resonancia nuclear es mucho más resolutiva en tejidos blandos que los rayos X. En cuanto a otros campos como la cristalografía por difracción de rayos X, ¿Qué es lo que se quiere mejorar si la resolución por medios convencionales puede estar por debajo de 1.5 amstrons?¿Hace falta un megasincrotron, para qué?
En la comunidad científica ya empezamos a estar un poco hartos de que se nos pretenda vender la moto de esta manera. Y se debería pedir responsabilidades de porque se gastan estas cantidades de dinero del contribuyente en estos proyectos. El pagador de impuestos debería poder elegir en que se gasta su dinero, si quiere buscar el Bosón de Higgs, con los riesgos que implica, muchos de ellos absolutamente desconocidos para los científicos que diseñan los experimentos, o si se prioriza la investigación, generalización y reducción de costes de tecnologías más de "andar por casa", como energías alternativas, sistemas aislantes o sistemas de comunicación no biolesivos.

Científico cabreado.

Aviso a navegantes

Un lector habitual de este blog, amigo de casi toda la vida, ya que antes cada uno estabamos en el útero de nuestras respectivas madres, me ha preguntado porqué no he colgado uno de sus comentarios. Después de balbucear unas palabras sin sentido se me ha ocurrido una excusa cojonuda: "No me ha llegado", que además de no estar nada mal como excusa, tiene el valor añadido de ser cierta. Es costumbre de la casa publicar todos los comentarios, salvo aquellos que mencionan mi edad mental o me interrogan sobre cuanto tiempo mi madre me dio el pecho, todos los demás son publicados. Si alguien se encuentra en esta situación no dude en reenviármelos a la dirección terraincognita.jga@gmail.com y los publicaré.