domingo, 28 de diciembre de 2008

Publicidad navideña

Un amigo ha tenido la gentileza de enviar un vídeo donde se nos da una posible explicación a porqué Papa Noel a veces no atiende nuestras peticiones. Solo es una hipótesis, quién sabe si es la correcta.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Navidad ¡Sálvese quien pueda!

Según el calendario de el Almendro la Navidad ha quedado oficialmente inaugurada. Ya se ha dado la señal de salida para comportarnos como personas estupendas o como mínimo fingirlo durante unos días. Esta aparente “tregua a la infelicidad” no deja de tener un cierto componente perverso, estas fiestas parecen construidas para joder a quienes están o se sienten solos. Durante la mayor parte del año, nuestras vidas transcurren con “monótona placidez” (no siempre es así pero concedámonos una pequeña licencia), sin reparar demasiado en los demás y sin que estos nos presten excesiva atención. Nuestras vidas y también a veces nuestra soledad pasan desapercibidas incluso para nosotros mismos. Pero llegan estas fiestas y el delicado andamiaje que hemos construido durante todo el año se nos cae en cuestión de dos anuncios televisivos donde los actores son la leche de felices y tiernos, de hecho cobran por fingir ser tan estupendos, eso por si alguien aún no había logrado explicarse la razón de tanto entusiasmo. Estos días solo son extraordinarios por una cosa, es increíble que no aumenten los casos de diabetes, no por los excesos alimenticios, sino por la cantidad de tonterías azucaradas que tragamos por ojos y oídos. Por eso no está de más recordar estos días a viajeros, nómadas y turistas accidentales que no pasa nada por transitar por la vida ligero de equipaje. A todos buena suerte.






PD. Si alguien tiene algún video de publicidad navideña y quiere que lo cuelgue puede enviarlo a terraincognita.jga@gmail.com ( no Claudia, no estoy bromeando) de hecho, juro por Dios no volver a dejar pasar un solo día sin mirar el correo. Un fuerte abrazo a todos.

sábado, 20 de diciembre de 2008

John Steinbeck † 20 de diciembre de 1968

Un hombre, una familia, obligados a abandonar su tierra; este coche oxidado que cruje por la carretera hacia el oeste. Perdí mis tierras, me las quitó un solo tractor. Estoy solo y perplejo. Y por la noche una familia acampa en una vaguada y otra familia se acerca y aparecen las tiendas. Los dos hombres conferencian en cuclillas y las mujeres y los niños escuchan. Éste es el núcleo, tú que odias el cambio y temes la revolución. Mantén separados a estos dos hombres acuclillados; haz que se odien, se teman, recelen el uno del otro. Aquí está el principio vital de lo que más temes. Éste es el cigoto. Porque aquí ‹‹he perdido mi tierra›› empieza a cambiar; una célula se divide y de esa división crece el objeto de tu odio: ‹‹Nosotros hemos perdido nuestra tierra››. El peligro está aquí, porque dos hombres no están tan solos ni tan perplejos como pueda estarlo uno. Y de este primer ‹‹nosotros›› surge algo aún más peligroso: ‹‹Tengo un poco de comida ›› más ‹‹yo no tengo ninguna››. Si de este problema el resultado es ‹‹nosotros tenemos algo de comida››, entonces el proceso está en marcha, el movimiento sigue una dirección. Ahora basta una pequeña multiplicación para que esta tierra, este tractor, sean nuestros.
"Las uvas de la ira"

viernes, 19 de diciembre de 2008

Respuesta a la pregunta del comentario anónimo

Exactamente, soy ese Javi, el del García intercalado. Te dejo una dirección de correo electrónico y así yo también salgo de dudas, muchas pistas no has dado. Un abrazo y hasta pronto. terraincognita.jga@gmail.com

Artur "Mad" Mas (Crónicas de un marciano perplejo)

Artur Mas, el secretario general de CiU, ha prometido si gana las elecciones dejarnos a todos pisar el acelerador hasta que el pie toque el asfalto. Basta ya de tonterías al volante. ¿Qué es eso de reducir la velocidad en los accesos a Barcelona, de limitar mi derecho a decidir como quiero morir o matar? Todo el mundo sabe que los tipos duros no bailan y gustan de morir al volante, ¿o acaso James Dean sería una leyenda si hubiera respetado el límite de las 55 millas?. Esa es una promesa electoral en toda regla, yo incluso la calificaría de grandiosa, muy pocas veces un político, en tiempo de paz, nos ofrece la oportunidad de pasar a la inmortalidad con un volante incrustado en el pecho.
Este candidato debe de ir mucho más lejos, no solo para resultar convincente, sino también para no parecer un cobarde y no defraudar a los suicidas en potencia que cada día cogen el coche y lo utilizan como armas mortales. Debe prometer, pero promesa de la buena, no de la otra, que el atropello de peatones, incluso si tiene lugar sobre la acera, no restará puntos ni servirá como excusa a la aseguradora para incrementarnos la póliza. Que el alcoholismo habitual o de fin de semana no será causa de sanción ni motivo para inmovilizar un vehículo; es más, los controles de alcoholemia deberán contar entre sus integrantes chicas en minifalda y generosos escotes para animarnos a correr y darnos la salida en las ocasionales y espontáneas carreras que se puedan organizar. Estos controles además deberán exigir a todos los conductores superar el límite legal de alcohol para poder continuar circulando y si alguien ha tenido la desagradable idea de conducir sobrio, los agentes le invitarán a beber a cuenta de la DGT, por supuesto, hasta tener la absoluta garantía de que se matarán o se llevarán por delante a una familia entera. Y a las víctimas que las jodan, que los muertos no votan.

martes, 16 de diciembre de 2008

Timadores y timados

Debemos reconocer que los timadores y estafadores tienen algo de villanos y mucho de artistas. Son excelentes conocedores de la naturaleza humana y poseen el talento y la habilidad necesarios para explotar en su beneficio nuestras debilidades y ambiciones.
Si su actividad se redujera a los ingenuos hace tiempo que su profesión hubiera desaparecido. Los timadores no pueden limitar a los incautos su campo de operaciones; su mejor aliado ha sido y siempre será la ceguera de los estafados, demasiado ocupados en saciar su codicia y calcular sus futuros beneficios como para percatarse del engaño. En este sentido, el timador tiene las artes de un prestidigitador, ya que con una mano nos distrae mientras que con la otra nos vacía la cartera.
La duración del engaño puede ser corta o larga, pero invariablemente siempre acabamos descubriendo que las “estampitas” no eran billetes y los fabulosos rendimientos ofrecidos solo una quimera financiada con nuestro dinero y el de otros incautos. Es entonces cuando surge otro de los grandes aliados del timador: el silencio derivado del temor al ridículo. Y no les falta razón, porque en estas estafas, especialmente las de larga duración como la del Sr. Madoff, interviene un importante componente afectivo, un intenso efecto hipnótico que nos lleva incluso a olvidar una de las primeras premisas cuando hay dinero de por medio, que es no confiar ni en nuestras madres.
Ahora los estafados, los principales perjudicados, son miembros de la “aristocracia financiera”, siendo los mismos que durante años han hecho su agosto gracias a la falta de controles y a la absoluta desidia de las autoridades reguladoras. No voy a sentir lástima por esta gente. Las circunstancias que tan hábilmente aprovecharon durante todo este tiempo se les ha vuelto en contra. La vida es así de chistosa y uno debe aceptar estas ironías con resignación.
Me preocupan más quienes perdieron sus pensiones en la quiebra de Enron o los pequeños ahorradores que de buena fe y siguiendo los consejos de “expertos” depositaron su dinero en entidades de reconocido prestigio y fueron testigos de cómo se evaporaba. Si por alguien he de sentir compasión es por los muchos millones de personas que pasaron hambre por la salvaje elevación del precio de los alimentos, empujados por la especulación y la codicia de inversores solo interesados en incrementar sus beneficios al margen de cualquier otra consideración. Sí, el Sr. Madoff es un estafador, pero no tengo muy claro si sus clientes eran mejores que él. En este caso la línea de separación entre el timador y los timados es muy delgada.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Avatares

Cuentan que William Shatner, el inolvidable Capitán Kirk, espetó un “buscaros una vida” a un grupo de fans. Es inevitable no reconocer la dosis de crueldad del comentario, sin embargo no podemos despreciar su afilada certeza. Quizá siguiendo el consejo de este actor, quizá llevados por la insatisfacción o el simple deseo de vivir una aventura desde sus casas, algunas personas han buscado y encontrado una vida en esos mundos llamados virtuales, llegando a transformar esta ilusión en auténticas existencias paralelas capaces de condicionar e influir en sus decisiones, incluso una vez apagado el ordenador.
La esposa que solicitó el divorcio porque sorprendió al avatar de su marido requiriendo los servicios de otro avatar, en este caso una prostituta, solo es un ejemplo. La historia de esta pareja, todo hay que decirlo, es un tanto peculiar. Se conocieron a través de Internet, se casaron y más tarde repitieron la ceremonia en Second Life. En resumen, la virtualidad parece ser haber sido un componente esencial en su relación, hasta ser también determinante en el final de la misma. Evitando el sarcasmo, no por falta de ganas, sino por aquello de la tregua navideña, no puedo dejar de preguntarme cuál de los dos está peor. Si él, por pagar a un dibujo animado para masturbarse o ella, por extender las consecuencias de la traición al mundo real. Posiblemente hubiera sido más coherente que el herido avatar de la esposa hubiera solicitado el divorcio del infiel avatar del marido (lo sé y lo siento, parece un culebrón) es decir, restringir el conflicto al mundo virtual donde tuvo lugar.
Es en la decisión de la esposa donde encontramos la clave de todo este embrollo de avatares y de afectos heridos. La búsqueda de la tierra prometida es tan antigua como el propio deseo de la humanidad de alcanzarla y la tecnología ha puesto a nuestra disposición la posibilidad de construir un “yo” libre de todas nuestras carencias, que nos permitirá interrelacionarnos sin las limitaciones propias o auto-impuestas del mundo real. Esta opción es tan buena como cualquier otra, siempre y cuando conozcamos la diferencia entre buscar y fugarse. Tampoco podemos olvidar una cuestión esencial: nuestra naturaleza humana nos acompañará allí donde vayamos. Podemos construirnos una identidad, participar en un universo de héroes y villanos, de apuestos príncipes y bellas princesas, pero el corazón es el mismo en todas partes y si no andas con cuidado siempre te lo acaban rompiendo.
Quizá si algunos dedicaran menos dinero a irse de putas virtuales y más tiempo al cine, hubieran descubierto gracias a “Horizontes perdidos”, que vivir feliz y sin envejecer en Shangri-la es posible, siempre y cuando estés dispuesto a convertirte en un prisionero en el paraíso.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Salir por piernas (Comentario de un bellaco)

Cuando hay un tiroteo los expertos y también el sentido común dicen que es aconsejable agachar la cabeza, esperar a que se calmen las cosas y si es posible o no queda más remedio, salir del lugar moviendo el culo como si se tuviera prisa, preferiblemente evitando la trayectoria de las balas. Pese a las opiniones en contra de los “jabatos” de turno, especialistas en juzgar la valentía ajena desde los salones de sus casas, el salir por piernas es casi siempre la opción más inteligente. Permanecer en medio de una ensalada de tiros, aguantando el tipo sin una razón profesional para hacerlo, es de género estúpido o de naturaleza suicida. Una vez a salvo, cuando ya puedes levantar la cabeza sin riesgo de que te abran el tercer ojo, la mayoría podemos sacar al atleta que en esas circunstancias todos descubrimos en nuestro interior y continuar corriendo sin ningún tipo de complejo. Éste, supongo, es uno de los pocos privilegios de los peatones de la Historia, no necesitamos mantener la compostura cuando nuestra vida está en peligro.
Pero aquellos, los llamados líderes, cuando ya han puesto distancia con la amenaza deberían reprimir sus impulsos maratonianos y esperar hasta que el último de los suyos esté a salvo; solo entonces y tras estar bien seguros de que nadie se quede atrás, pueden continuar corriendo y hacerlo incluso descalzos. En estos casos la providencia agradece su demostración de responsabilidad y compromiso cuidando de ellos y evitando, por ejemplo, que sus pies sufran daños incluso cuando el suelo esté cubierto de cristales y sangre.

martes, 2 de diciembre de 2008

Afganistán

Afganistán es una nación agreste y posiblemente asilvestrada con una larga tradición de resistencia y expulsión de invasores, los ingleses en el siglo XIX y los soviéticos en el XX trataron de controlar ese territorio y sus ejércitos fueron triturados por unas tribus curtidas en la guerra, financiadas con el tráfico de opio o por alguna potencia dispuesta a aprovechar los errores de sus oponentes. Ese país es inconquistable e ingobernable y la experiencia soviética debería haber servido de advertencia de que el número de soldados y tanques es irrelevante cuando se trata de luchar contra unas gentes para las que la guerra adquiere casi dimensión de manifestación cultural
Los soldados de la OTAN, incluidos los nuestros, están allí amparados por una resolución de la ONU; empantanados en una misión humanitaria y de lucha contra el "terrorismo global" o eso nos cuentan. Pero las soluciones militares por sí solas no resuelven ningún conflicto, como tampoco la supuesta bondad de su misión, resiste la simple observación de un mapa. Afganistán y Pakistán son claves para los intereses occidentales en la zona, son la única salida al mar del mítico y supuestamente abundante petróleo del Cáucaso. Es cierto que existen otras vías para hacerlo llegar hasta nosotros, pero pasan por Moscú o Teherán, que como intermediarios son sujetos poco fiables y seguramente sus intereses se encuentran más cómodos con un Afganistán inestable y un Pakistán poco favorable a las necesidades energéticas occidentales.
Así que esta guerra tiene muchas posibilidades de transformarse en un largo conflicto. Si tenemos suerte y la diplomacia hace bien su trabajo, es posible que la misión humanitaria de la ONU no transforme aquella región en un polvorín y allí, no lo olvidemos, aparte de pólvora también almacenan plutonio.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Violante Pardo

Violante, una anciana de ochenta y cuatro años, ha muerto de tristeza cuatro meses después de ser obligada por el Ayuntamiento de Murcia a dejar la casa donde había vivido durante toda su vida. Ella y su marido pelearon por conservar su hogar. Los médicos desaconsejaron el traslado de la pareja a un piso ofrecido como compensación a la expropiación. Pero el progreso es impasible e impaciente y no tuvo reparos en ignorar los informes ni las súplicas. Violante pertenecía a una especie en vías de extinción, a la de aquellas personas para quienes sus casas son los lugares donde reposan los recuerdos de toda una vida. Las paredes que se templaron con el calor del afecto, las habitaciones que fueron testigos y custodios del crecimiento de los hijos. No todos tienen el alma del nómada, ni la codicia del mercenario. Algunos, unos pocos, se aferran a unos suelos y paredes donde quedaron grabadas las crónicas de sus afectos. Es inevitable, cuando el final de una vida se aproxima o se extingue la de alguien amado siempre encontramos consuelo en las piedras. Cualquiera que tenga un corazón en lugar de un plan urbanístico conoce lo desangelada e inhóspita que puede ser una vivienda nueva y cuánto tiempo de presencia humana requieren las impolutas paredes para convertirse en un hogar. Todo el mundo sabe lo necesarias que son las sombras del pasado en los rincones de nuestros hogares para no sentirnos ni solos ni desamparados.

martes, 25 de noviembre de 2008

Propuesta de matrimonio

Hay días en los que las entradas te las dan hechas y esta es una de esas ocasiones. Un tipo pretende reunir firmas para poder casarse con una tal Miruku Asahina, quien para más datos no es una mujer real sino un personaje de dibujos animados con los ojos de Heidi y los pechos de la estanquera de Fellini. Si bien estos dos datos serían suficientes para considerar al solicitante carne de psicoanalista, no es menos cierto que su deseo matrimonial no es excesivamente peregrino, ni la idea tampoco es nueva, solo es una cuestión de perspectiva. De hecho, la Iglesia católica lleva más de mil años casando a sus monjas con un tipo invisible y para más abultamiento también polígamo. Y en todo este tiempo nadie ha planteado, ni siquiera las interesadas, ninguna objeción a estos enlaces, incluso cuando estas uniones conforme al derecho canónico podrían haber sido anuladas por no consumación del matrimonio.
Así que antes de criticar con excesiva dureza al desquiciado enamorado, deberíamos exigir responsabilidades a quienes dan pie, con sus tradiciones y jurisprudencia, a estas situaciones. Además, para complicar más la cuestión, este matrimonio es inobjetable incluso para los católicos “catatumbares”, puesto que el personaje es manifiestamente “ella”, al menos en sus más que evidentes caracteres secundarios. Claro que este solo es mi punto de vista y este juicio no excusa la obligación por parte del solicitante de acreditar no solo seriedad, la cual ya queda implícita en sus intenciones, sino también demostrar más allá de toda duda, su condición de hombre experimentado y curtido en los lances del amor. Y como prueba de fiabilidad aconsejo que sea sometido a varias duchas de agua fría para comprobar la firmeza de sus intenciones y la templaza de su sistema nervioso o en su defecto, le sean presentadas un par de mujeres como Dios manda, reales y con criterio propio, mejor si también son seglares. Es posible que después de conocerlas en profundidad Miruku se quede compuesta y sin novio y a él le desaparezcan todas las tonterías del cuerpo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Crónicas de un marciano perplejo

-Que nadie se equivoque- dice Bono –yo soy de los míos. La cuestión es ahora averiguar quienes son los suyos, si los militantes, simpatizantes y votantes del PSOE o los “hijos de puta”. Esta no es ni mucho menos una cuestión menor, es mucho más trascendente que, por ejemplo, rendir tributo en el Congreso de los Diputados a una monja “perseguida” que murió a los setenta y cuatro años en su cama y en olor de santidad. La respuesta es importante porque nos dará una pista del estado de su involución ideológica o decadencia mental y así podremos tomar medidas, ya que a este ritmo acabará proponiendo, solo por su afición a los equinos, un homenaje al General Pavía que pasó a la historia por entrar en el Congreso a caballo.
No sabemos si el Sr. Bono sufre una crisis espiritual, la del 18 del julio, claro está o si su conducta errática es resultado de un conflicto artístico. Acostumbrado como estaba a ser la primera vedette, su ego desmedido y desproporcionado no disimula la insatisfacción y el descontento con su actual responsabilidad, la cual le aleja de los focos relegándolo a una importante pero discreta función que él ha logrado, gracias a su tenacidad y desvaríos, convertir en un circo de tres pistas.
Si no sabe refrenar su subconsciente resentido o si sus piernas marchitas ya no dan para más bailes y no es capaz de asumir con discreción su obligación institucional, debería buscarse otro trabajo. O en su defecto, si el conflicto es ideológico, cambiar de organización política. Algunos respiraríamos aliviados y evitaríamos las más que justificadas miradas de reproche de nuestras madres cuando averigüen a quien votamos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Aldous Huxley, 22 de noviembre de 1963


-¡Noventa y seis seres idénticos trabajando en noventa y seis máquinas idénticas! –Decía el director, con un trémolo de emoción en la voz-. Sabemos bien adónde vamos. Por primera vez en la Historia – y aquí repitió la divisa del Estado Mundial: “Identidad, Comunidad, Estabilidad.” Sublimes palabras-. Si pudiéramos bokanovskificar indefinidamente, el gran problema estaba resuelto.
Resuelto por Gammas en serie, Deltas uniformes, Epsilones invariables. Millones de gemelos idénticos, el principio de la producción en masa aplicado, por fin, a la biología.

Un mundo feliz

Jack London, 22 de noviembre de 1916

A un lado y a otro del helado cauce se erguía un oscuro bosque de abetos de ceñudo aspecto. Hacía poco que el viento había despojado a los árboles de la capa de hielo que los cubría y, en medio de la escasa claridad, que se iba debilitando por momentos, parecían inclinarse unos hacia otros, negros y siniestros. Reinaba un profundo silencio en toda la vasta extensión de aquella tierra. Era la desolación misma, sin vida, sin movimiento, tan solitaria y fría que ni siquiera bastaría decir, para describirla, que su esencia era la tristeza. En ella había sus asomos de risa; pero de una risa más terrible que todas las tristezas..., una risa sin alegría, como el sonreír de una esfinge, tan fría como el hielo y con algo de la severa dureza de lo infalible. Era la magistral e inefable sabiduría de la eternidad riéndose de lo fútil de la vida y del esfuerzo que supone. Era el bárbaro y salvaje desierto, aquel desierto de corazón helado, propio de los países del norte.
Colmillo Blanco.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Manifiesto Amnistía Internacional

Para pasar página, primero hay que leerla

Los firmantes del presente manifiesto nos dirigimos a las autoridades y sociedad españolas, así como a la opinión pública internacional con ocasión de la investigación abierta por la Audiencia Nacional en relación a hechos delictivos ocurridos durante la Guerra Civil y el Franquismo que podrían constituir crímenes contra la humanidad.

Mantenemos que:

- España tiene el deber de poner fin a la prolongada injusticia de la que han sido objeto las víctimas de desaparición forzada y otros crímenes y sus familiares, llevando a cabo las investigaciones necesarias para dar con el paradero de los restos de estas personas, y esclarecer las circunstancias en que tan graves abusos se produjeron.

- Al llevar adelante esta tarea, España debe cumplir con las normas internacionales sobre la materia que su propio ordenamiento jurídico reconoce, y tal y como su práctica jurisprudencial refleja – de manera reiterada - al pronunciarse sobre las consecuencias legales de los crímenes contra la humanidad.

- De acuerdo con el Derecho Internacional, los crímenes contra la humanidad no son susceptibles de amnistía, indulto o prescripción. Las normas convencionales sobre la materia, adoptadas con posterioridad a los hechos que deben ser objeto de investigación, es sabido, han simplemente recogido una obligación que ya existía anteriormente como norma consuetudinaria.

- El Estado español no puede sustraerse a la obligación de investigar estos crímenes, y debe poner fin a la impunidad garantizando a las víctimas y a sus familiares su derecho a la verdad, la justicia y la reparación integral.

- No es posible que los Tribunales españoles – en base a sus obligaciones bajo el derecho internacional - hayan asumido su competencia para investigar y perseguir los crímenes más graves de derecho internacional cometidos en países como Chile y Argentina, en cuyas causas han sostenido que las leyes de amnistía así como cualquier otra medida análoga carecen de validez en España, y se abstengan de investigar crímenes similares cometidos en su propio país.

- En la Ley 52/2007, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, no quedaban plasmados los estándares internacionales fijados en materia de desapariciones, exhumaciones y recuperación de cuerpos. No existe antecedente alguno en que un Estado haya trasladado a las familias de las víctimas las tareas, costos y responsabilidades de dichas acciones. Además, la propia ley en su Disposición Adicional Segunda, afirma claramente que: “Las previsiones contenidas en la presente ley son compatibles con el ejercicio de las acciones y el acceso a los procedimientos judiciales ordinarios y extraordinarios establecidos en las leyes o en los tratados y convenios internacionales suscritos por España”.

España está en estos momentos en el punto de mira de la comunidad internacional que espera que por fin cumpla con las obligación de investigar los hechos de su historia reciente que podrían ser constitutivos de crímenes contra la humanidad y garantizar, con todos los medios a su alcance, de la manera más completa posible y sin dilación, los derechos de las víctimas a verdad, justicia y reparación.
Si quieres adherirte.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Industria automovilística

Después del rescate financiero de la banca internacional, nuestros impuestos han de acudir ahora en auxilio de la industria del automóvil. Los fabricantes tanto de utilitarios como de deportivos, ponen la mano y para hacerlo no necesitan activos tóxicos, ni hipotecas subprime, ni siquiera fingir congoja. Basta con mencionar cuántos cientos de miles de trabajadores dependen de ellos y si una virtud tienen los coches es su naturaleza tangible, así que no necesitamos hacer un gran esfuerzo mental para comprender las consecuencias de una crisis en este sector. Incluso nuestros políticos, tan lentos para otras cuestiones, han comprendido inmediatamente los efectos de ignorar tan educada solicitud.

La industria automovilística de los EEUU se conforma con veinticinco mil millones de dólares, una propina comparada con el coste del agujero financiero dejado por sus Bancos. No solamente comparte con ellos la necesidad de dinero público, sino que su situación es otro ejemplo de autodestrucción. Desde Reagan esta industria ha presionado a las diferentes administraciones para evitar modificaciones de la normativa medioambiental, con la intención de evitar las inversiones necesarias para desarrollar motores más eficientes y menos contaminantes. Este modelo de negocio se ha sostenido mientras los consumidores norteamericanos demandaban vehículos del tamaño de un camión y el consumo de un tanque. Durante estos últimos veinte años, para ellos, casi todo ha ido razonablemente bien. Los beneficios se dispararon, limitaron la normativa medioambiental y por supuesto se ahorraron una pasta en inversiones tecnológicas para mejorar sus obsoletos motores. Ahora, cuando los ejecutivos de la industria ven el culo a la carriza, recurren al “Tío Sam”, que a este paso pronto será conocido como el “Primo Sam”, pidiendo ayuda.

Aquí en Europa la situación es seria y a las dificultades se le han sumado los oportunistas. Abusando de la actual coyuntura unos aprovechan para sacar todo el dinero público posible y otros para deslocalizarse, poniendo ya de paso a miles de trabajadores en la calle. Los contribuyentes, que también somos consumidores, podríamos fácilmente diferenciar entre los sinvergüenzas y los que se aprovechan de la siuación. A los segundos no estaría de más exigirles como contrapartida a las ayudas públicas, compromisos sociales en términos impositivos, de empleo y medioambiente. A los primeros, los sinvergüenzas sin paliativos, como Nissan, la cual, dicho sea de paso está en su derecho a fabricar vehículos donde le dé la gana, debemos recordarles, como consumidores, que nuestras necesidades no se deslocalizan y cuando llegue el momento de cambiar de vehículo no olvidaremos a quienes nos ignoraron en los tiempos difíciles.

lunes, 17 de noviembre de 2008

La eficiente Esperanza


Tras una larga campaña, miserable y mezquina, de desprestigio de la Sanidad Pública y sus profesionales, después de negar durante años las necesarias inversiones a los hospitales públicos, mientras la calidad de la atención se resentía, por fin Esperanza Aguirre tiene la solución para los problemas que ella misma ha provocado. Ésta no pasa por aumentar los recursos, ni por dejar a los médicos hacer tranquilamente su trabajo, ni siquiera por reducir los noventa días que un madrileño ha de esperar para obtener un diagnóstico. Según su fiel consejera, Doña Eficiencia, la respuesta es cambiar el modelo sanitario madrileño, cerrando los hospitales públicos y sustituyéndolos por otros de carácter privado, en los cuales, para sonrojo de mal pensados, primará la atención a los pacientes siempre y cuando ésta no interfiera con los beneficios y no entre en conflicto con la rentabilización de las inversiones.
Y por si acaso alguien duda de las excelencias del modelo “Esperanzado”, estos hospitales prestarán su atención en régimen de monopolio, no vaya a ser que algún paciente resentido o descontento decida ser atendido en un hospital público, donde el médico le tome la presión sin sacar la calculadora mientras lo hace, donde las opiniones y las decisiones terapéuticas sean tomadas sin fobias ni filias ideológicas y donde el paciente sepa que las recomendaciones y tratamientos no dependerán de un contable neurótico o de un accionista impaciente.
Esta presidenta tan moderna está regalando a intereses privados nuestro derecho a una atención sanitaria digna y de calidad. Esta señora con su sonrisa tontorrona está favoreciendo con nuestros impuestos a sectores económicos e ideológicos muy concretos, comprando sin asomo de vergüenza muchas voluntades y creando, gracias a nuestro dinero, una extensa red de agradecidos empresarios e inversionistas dispuestos a financiar sus futuras ambiciones políticas. La Presidenta tiene razón, esto no es una privatización de la Sanidad, es una cacicada al más viejo y rancio estilo; eso sí, ahora su nombre es eficiencia.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La decisión de Hannah

Una niña de trece años ha tomado una decisión. Sus opciones eran muy pocas; finalmente ha optado por la única certeza que la vida le ofrece. La medicina ya solo podía lanzar una moneda al aire. Ella ha decidido esperar la llegada de la Parca cerca de los suyos, con quienes ama y quienes continuarán amándola incluso en su ausencia. Nadie firma su sentencia de muerte con gusto y menos cuando se tienen trece años y toda una vida por delante. Ningún padre se rinde al capricho de un hijo si existe una esperanza, una promesa de futuro y no una remota posibilidad terapéutica. Ahora, quienes tienen una vida pero la malgastan ocupándose de los problemas ajenos, quienes no saben encontrar la sabiduría o nunca la han tenido, ni la tendrán, apelan a la edad de la niña para cuestionar la decisión, pero la corta vida de esta criatura contiene la sensatez de muchas mujeres. Su carácter lamentablemente se ha curtido por la dura experiencia de la enfermedad, el dolor y el miedo. Ha crecido de la peor manera posible, sufriendo y viendo como sus ilusiones y proyectos eran arrebatados, como dijo un poeta: “Por una muerte enamorada y una vida desatenta”.
Ella ha optado, con una madurez y valentía difíciles de encontrar, por poner sus condiciones a la muerte; quiere hacerlo en casa con los suyos, no en la mesa de un quirófano o en una sala aislada con el zumbido de máquinas como único adiós. Ahora todos, especialmente los expertos en teología y filosofía, deberíamos cerrar la boca, respetar su decisión y no convertir su despedida en un circo o una cruzada.

martes, 11 de noviembre de 2008

The Mourning After

Nota: El vídeo es cortesía de Claudia. Lo envió el día cuatro de noviembre pero el abajo firmante, haciendo gala de su tradicional despiste, no había abierto el correo desde hacía un par de semanas. Quizá haya perdido actualidad o puede que los acontecimientos de los últimos días sean tan solo un interludio y dentro de unos años, este vídeo de terror, sea revisado y clasificado como de anticipación.

Miquel Martí i Pol, 11 de noviembre del 2003


Salveu-me els ulls

Salveu-me els ulls quan ja no em quedi res.
Salveu-me la mirada, que no es perdi.
Tota altra cosa em doldrà menys, potser
perquè dels ulls me'n ve la poca vida
que encara em resta i és pels ulls que visc
adossat a un gran mur que s'enderroca.
Pels ulls conec, i estimo, i crec, i sé,
i puc sentir i tocar i escriure i créixer
fins a l'altura màgica del gest,
ara que el gest se'm menja mitja vida
i en cada mot vull que s'hi senti el pes
d'aquest cos feixuguíssim que no em serva.
Pels ulls em reconec i em palpo tot
i vaig i vinc per dins l'arquitectura
de mi mateix, en un esforç tenaç
de percaçar la vida i exhaurir-la.
Pels ulls puc sortir enfora i beure llum
i engolir món i estimar les donzelles,
desfermar el vent i aquietar la mar,
colrar-me amb sol i amarar-me de pluja.
Salveu-me els ulls quan ja no em quedi res.
Viuré, bo i mort, només en la mirada.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Cual plaga de langosta

En los últimos meses hemos sido testigos de declaraciones preocupantes por parte de algunas asociaciones empresariales. Primero fue el representante de los constructores, el cual sin cortarse un pelo en un arrebato de resentimiento hacía los taimados compradores, quienes agazapados esperaban el descenso del precio de las viviendas para ahorrarse unos euros, afirmaba estar dispuesto a entregar los pisos sin vender a los Bancos antes de bajar su precio. Posteriormente, el vicepresidente de Fomento del Trabajo, para terminar de tranquilizarnos, pedía ayudas al gobierno "para despedir a gente".

Afirman no tener dinero, ya que los bancos han cerrado la financiación, pero para despedir empleados y pagar las correspondientes indemnizaciones no parece haber problemas de tesorería. En estas circunstancias no se necesita ejercitar excesivamente la mala fe para desconfiar de esos portavoces empresariales. Es cierto que la pequeña y mediana empresa están pasando momentos muy difíciles, no solo como resultado de la crisis internacional y la falta de financiación, sino también por el estallido de la burbuja inmobiliaria. El duro ajuste, con crisis financiera o sin ella, era inevitable. Otra cosa muy diferente es que aprovechando la coyuntura ciertos sectores empresariales, con poca cultura democrática y aún menos compromiso social, obsesionados con alcanzar el cielo neoliberal en términos de empleo y fiscalidad, se empeñen en sobredimensionar el problema e imputar a la crisis maniobras preventivas para conservar sus márgenes de beneficio y ya de paso influir en el gobierno para imponer una mayor liberalización del mercado laboral.

Sinceramente, uno se pregunta qué tipo de empresario tiene este país y si para ellos el término "esfuerzo colectivo" tiene algún valor o si la responsabilidad social corporativa es solo una pose publicitaria para hacerse la foto de rigor y demostrar su compromiso cuando todo va bien y es sencillo fingirlo. En estos momentos algunos empresarios parecen obsesionados en superar la crisis cargando todo el esfuerzo fiscal y el coste social en los trabajadores y autónomos.

Por desgracia esta postura solo es reflejo de unos malos hábitos adquiridos en los últimos quince años. Hablan de pérdida de competitividad pero a las primeras de cambio renuncian al capital humano poniendo en la calle a empleados experimentados para más adelante contratar a trabajadores inexpertos y más baratos. Si después la calidad del producto se resiente y pierden mercados la culpa será del gobierno (mejor si es de izquierdas), incapaz de atender sus demandas y del egoísmo de los trabajadores, como si a nosotros nos encantara quedarnos sin empleo o experimentáramos un orgasmo místico cuando somos despedidos.


Deberían, por respeto a las difíciles circunstancias actuales, dejarse de tonterias de adolescentes mal criados, secarse las lágrimas de cocodrilo, sonarse los mocos y empezar a trabajar con seriedad, rigor y compromiso, como si la cohesión social y el bienestar de nuestro país estuvieran en juego. Lo contrario podría ser entendido como una conducta insolidaria e irresponsable o como una plaga de langostas que levantan el vuelo una vez arrasada la cosecha.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Lawrence Durrell, 7 de noviembre de 1990

Por lo que a mí respecta, no soy feliz ni desdichado; vivo en suspenso como un cabello o una pluma en la amalgama nebulosa de mis recuerdos. He hablado de la inutilidad del arte, pero no he dicho la verdad sobre el consuelo que procura. El solaz que me da este trabajo de la cabeza y del corazón, reside en que solo aquí, en el silencio del pintor o del escritor, puede recrearse la realidad, ordenarse nuevamente, mostrar su sentido profundo. Nuestros actos cotidianos son en realidad la arpillera que oculta la tela laminada de oro, el significado del diseño. Por medio del arte logramos una feliz transacción con todo lo que nos hiere o vence en la vida cotidiana.
Justine. El cuarteto de Alejandría.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Un día de furia

A los dioses les debe traer sin cuidado los acontecimientos que tienen lugar en este planeta abarrotado de salvajes. Solo en esa indiferencia hacia nuestros asuntos se explica la lapidación en Somalia de una niña de trece años, violada por tres hombres y después acusada de adulterio. Seguramente se ha de ser un Dios para permanecer impasible ante el asesinato en nuestro país de una niña de catorce años a manos de dos adolescentes de su misma edad. Solo el desdén divino hacia el inocente y su tolerancia con el culpable explican que tanto mal nacido ejerza el oficio de matarife sin ser fulminado por un rayo.
Hay días que desearía que los dioses hicieran caer sobre esos desgraciados una tormenta de fuego y en su defecto o en su nombre, que los pocos seres humanos cuyos corazones aún no se han transformado en desiertos, financiaran un ejército de tanques y aviones capaces de aplastar sin misericordia a esas alimañas. Me gustaría ver como las balas son capaces de viajar en el tiempo y alcanzar al misógino impotente que convirtió el rechazo de una mujer en delito y su asesinato en una tradición. Ojalá las piedras tuvieran corazón y pudieran cambiar su curso cuando son lanzadas contra la inocencia o se transmutaran en granadas capaces de reventar la mano de quien se dispone a utilizarlas para aplastar con ellas la vida de un niño.
Hay días y éste es uno de ellos, en los cuales me quedo sin mejillas y me gustaría, para variar, poder tomarme el ojo por ojo, sin importarme sentir odio. Más me importan la vergüenza y el asco de compartir planeta con esas gentes, de no ser capaz de recordar todas y cada una de las afrentas que nuestra dignidad humana debe soportar y declaro, sin ningún atisbo de culpa ni compasión, que me gustaría ver a esos malditos cabrones perseguidos y acosados hasta las mismísimas puertas del infierno.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Luis Cernuda, 5 de noviembre de 1963


Peregrino

¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.

Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a Ulises,
sin Itaca que aguarde y sin Penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.

martes, 4 de noviembre de 2008

Obama

Salvo un escándalo bochornoso como el recuento electoral del año 2000, dentro de unas horas o días conoceremos el resultado de las elecciones en Estados Unidos. Obama parece ser el favorito, solo el color de su piel impide dar por hecho su éxito, ya que el factor racial puede provocar una victoria muy ajustada o una sorpresa de última hora. Ésta no es una cuestión menor en esta campaña, es un elemento esencial capaz de concentrar y movilizar el voto blanco, independientemente de las preferencias políticas e inclinar la balanza a favor de McCain. A este posible efecto se le podría sumar el voto oculto, recogido en las encuestas como favorable al candidato demócrata, pero que a la hora de la verdad se inclinará por los republicanos. Y esta preferencia racial se impondrá a cualquier otra consideración política o económica.

En términos comparativos no hay color entre un candidato y otro, Obama representa un mensaje de renovación, con una retórica atractiva y seductora, una propuesta de ruptura con el pasado inmediato. McCain es la continuidad del desastre neoconservador; sus únicos argumentos durante toda la campaña han sido apelar a un patriotismo de guerra, incluso cuando esta intervención políticamente había quedado deslegitimada y descalificar al candidato demócrata tratando de vincularlo con sectores religiosos de carácter radical. Por el contrario, personalidades relacionados en el pasado con la administración Bush han tomado partido por los demócratas, presentándolos como los únicos capaces de reconducir el desastre económico y político que queda como herencia; pero ante todo, es una toma de posición contra su propio partido, empeñado en presentar a candidatos de bajo perfil político, susceptibles de ser manipulados y condicionados.

Obama no solo representa un cambio del ciclo político inaugurado por Ronald Reagan. La derrota de los republicanos y de los WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant) puede tener connotaciones mucho más profundas, ya que no solo sería una evidencia de la perdida de peso relativa en términos demográficos, sino también la depreciación de los valores ideológicos que representan y por supuesto su desprestigio como clase social. Han fracasado como líderes y gestores, su codicia ha llevado al país a una guerra innecesaria e injusta, su miopía ha empobrecido a sus compatriotas y su torpeza ha logrado desprestigiar a su nación, al tiempo que convertían el planeta en un lugar más inseguro.

Seguramente si Obama fuera blanco, ya alguien lo hubiera comparado con Roosewelt y no faltarían razones para establecer este paralelismo. Una situación económica muy complicada, una sociedad necesitada de proyectos e ilusiones y un sistema que requiere de un “New Deal” para superar a los “Neocon” y el empobrecimiento económico, social y posiblemente psicológico experimentando en las últimas décadas. Si Obama es capaz de materializar y concretar este necesario cambio interno y externo ya se verá. Pero dos hechos son evidentes, primero que su triunfo puede implicar para los neoliberales lo que la caída del muro de Berlín supuso para los comunistas y segundo, que a veces, los líderes más atractivos también pueden ser los más decepcionantes. Todo se verá.

jueves, 30 de octubre de 2008

Teatro Mercurio en el Aire (1938)

Antes de juzgarles con excesiva severidad debemos recordar que nuestra propia especie ha destruido completa y bárbaramente, no tan sólo especies animales, como las del bisonte y el dido, sino razas humanas. Los tasmanienses, a despecho de su figura humana, fueron enteramente borrados de la existencia en la exterminadora guerra de cincuenta años, que emprendieron los inmigrantes europeos. ¿Somos tan grandes apóstoles de misericordia que tengamos derecho a quejarnos porque los marcianos combatieron con el mismo espíritu?
Herbert G. Wells. La guerra de los mundos.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Excelsos traseros

Creí haber leído mal, pero no, lo ponía claramente, aquellos chicos que orgullosos y sonrientes mostraban sus traseros eran los ganadores de un concurso de culos. Uno que se pasa la vida buscando excusas y explicaciones, mediatizado por las actuales circunstancias económicas evocó rápidamente la novela "Danzad, danzad malditos". Pobres chicos, ellos como aquellos personajes de la Gran Depresión han de perder su dignidad para poder ganar un puñado de malditos dólares. Una vez superada mi crisis marxista-teresiana me dije, ni dignidad ni dólares, estos sonríen y cobran tres mil euros por tener el mejor "culo". Y yo que debo de ser bipolar, pasé de la depresión a la risa y después nuevamente a la depresión, no por los culos en sí, los cuales hay que reconocerlo, llevaban con mucha dignidad las bragas y calzoncillos, sino por el hecho de que hubiera gente dispuesta a mostrar sus meritorios culos, sonreír mientras lo hacían y encima dejarse fotografiar.

Hay que joderse, pensé, no son los ganadores de unas olimpiadas matemáticas, ni nuevas promesas de la literatura, ni siquiera el futuro equipo olímpico de natación sincronizada, no señor, son los mejores culos, en letra de molde y en portada de la edición digital de un medio muy catoliquillo. Era necesario disfrutar del momento, ante mis ojos se presentaban los triunfadores, la expresión de un concepto artístico muy volátil, era casi un momento de éxtasis, como las esculturas de hielo y a diferencia de los grandes autores y artístas, a estos con la madurez les llegará la decadencia.

Estaba siendo testigo, solo ahora soy consciente, de un momento único e irrepetible de nuestro desarrollo cultural. Volví a mirar la foto picado por la curiosidad y veo a dos jóvenes y dos jóvenas (no seamos sexistas y pasémonos los genéricos por el forro del abrigo) sonriendo con entusiasmo y mostrando con orgullo sus excelsos traseros. Y uno vuelve a pensar ¡Esto es la leche! . Y después de unos minutos, una vez superada una nueva crisis bipolar y mientras trataba de despejarme de la impresión leyendo un artículo sobre una de esas chorradas que pasan en Irak, de repente, de forma inesperada, como una revelación, se hizo la luz.

Caí en la cuenta de que no era tan sencillo organizar un concurso de ese tipo, no es cualquier cosa. Primero debes ser capaz de reunir a un grupo de gilipollas integrales o profundos, personas que se han pasado la vida mirándose el trasero en un espejo y han vivido observando el de otros, comparando mentalmente, anotando las diferencias y dedicando horas de lecturas en técnicas de mejora de sus traseros. Luego, tras el largo proceso de aprendizaje, de conocimiento de tu propio culo, llegas a la fase de convencimiento, afirmas sin sonrojo ni inseguridad :"tengo un gran culo" (gran en términos cualitativos, se entiende, esta temporada se lleva el culo anoréxico-anécdota, de líneas poco definidas, pero corte respingón y colores tostados). Tras esa dura fase de crecimiento artístico y personal, llega el momento de cuidarlo, de poner en él todas tus ilusiones y expectativas, de mirárselo y decir mientras lo señalas: "tú llegarás lejos".

Una vez reunes al grupo de jóvenes y jóvenas, convencidos y convencidas de sus talentos y posibilidades de éxito, llega la parte intelectual del asunto, quizá por eso la más complicada. Buscar a un grupo de expertos en culos y persuadirlos para hacer de jueces implacables, sacarlos de sus bibliotecas o laboratorios donde con constancia y tesón, tratan de desentrañar todos los secretos de un buen culo. Esta no debe ser una tarea sencilla, es todo un reto reunir a un grupo de especialistas, dispuestos a revelar los secretos de los gluteos más refinados al resto de mortales. Mostrar al gran público sus profundos conocimientos estéticos sobre el trasero del homo y homa sapiens sapiens. Es todo un arte separar los culos normales de los notables y de estos últimos los excelentes.

Pese a las apariencias, insisto de nuevo, no es sencillo organizar un concurso de ese calibre. Poca gente es capaz de juntar en tan poco tiempo y en el mismo lugar a tanto gilipollas y tonto del culo. Pero sobretodo es un ejercicio de irresponsabilidad, porque luego han de ser los padres quienes apechuguen con los éxitos de sus vástagos. Si tuviera un hijo, cosa extraña, después de leer esta noticia y ver dos sesiones de gran hermano, la vasectomía no me parece tan mala opción. Pero si ese improbable hijo mío, ese cariñito de mi corazón, esa cosita tierna de mi alma (perdón, para escribir utilizo el método Stalisnavski y a veces se me va la mano) creciera y apareciera un día con su diploma al mejor culo bajo el brazo y presumiendo de ello, lo miraría con cariño, ternura y comprensión, le diría con sinceridad: hijo, no es mérito tuyo, se llama genética, pero lo otro tampoco es culpa tuya, se llama hipoxia y ya demandamos al tocólogo. Aunque como la paternidad es blanda con sus propios accidentes y errores, quizá guardaría silencio mientras pienso aquello de que lo que Dios no da, Salamanca no presta. Y eso tampoco es culpa de nadie.

martes, 28 de octubre de 2008

28 de octubre de 1999


Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar

y nombradla capitana

de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:

sobre el corazón un ancla

y sobre el ancla una estrella

y sobre la estrella el viento

y sobre el viento la vela!

lunes, 27 de octubre de 2008

Tuning (Que me quiten lo bailao)

El President del Parlament ha gastado más de nueve mil euros añadiendo unos "extras" a su coche oficial, un Audi A8, del cual desconozco el precio, pero seguramente supera con creces los ingresos anuales de muchas familias. Para quienes viven inmersos en un mundo de macrocifras esa cantidad de dinero les debe resultar ridícula en comparación con otro tipo de gastos. Para muchas familias, esos nueve mil euros son la diferencia entre el desahucio o la tranquilidad de poder continuar pagando durante algunos meses más sus hipotecas.

La sobriedad y austeridad de nuestros cargos públicos deberían ser las normas de conducta cuando actúen en nuestra representación. Da igual si crecemos económicamente o estamos en recesión. Si algunos no olvidaran estos principios, posiblemente los ciudadanos mostraríamos menos desapego por la vida pública y no seríamos tan escépticos con las palabras e intenciones de nuestros representantes.

Si estás en el desempleo y ves peligrar el bienestar de tu familia esos gastos resultan no solo injustificados, sino también indecentes. Mejor juicio no merece esa conducta cuando después de doce horas de trabajo, a cambio de un sueldo miserable, descubres que un cargo institucional es un auténtico sibarita a cuenta de tus impuestos. Seguramente éste es uno de los dramas de la izquierda, ver que algunos políticos autodenominados de "izquierda" actúan como nuevos ricos, imputando el coste de los caprichos a sus iguales. Es complicado confiar en palabras y proyectos cuando quienes deben dar ejemplo se conducen como si todo les diera igual y el mundo terminara cuando cesan en sus cargos.

jueves, 23 de octubre de 2008

Crónicas de un marciano perplejo (Y muy mosqueado)

Los madrileños serán sancionados si no separan la basura. Cómo controlarán el cumplimiento de esta normativa es un absoluto misterio y me muero de impaciencia por conocer el método escogido por el Ayuntamiento para aplicar la medida. Quizá dispongan agentes en cada contenedor de basura con la clara instrucción de registrar todas y cada una de las bolsas o puede que opten por la solución aeroportuaria y recurran a arcos de seguridad capaces no solo de diferenciar el plástico del aluminio o de la materia orgánica, sino también si la ropa interior de los ciudadanos es de fibras naturales o sintéticas.

Estoy completamente a favor de casi todas las medidas encaminadas a preservar el medio ambiente. Mis dudas se manifiestan cuando la protección parece transformarse en una excusa recaudadora o solo forma parte de un discurso políticamente correcto. En estos supuestos es cuando a uno le entran ganas de llenar una bolsa con sus propios residuos orgánicos, eso si, sin aditivos ni conservantes, manteniendo todas sus propiedades naturales y enviarla al despacho del político o técnico de turno responsable del departamento con una nota de sugerencia. No necesita ser una nota muy extensa; si lo bueno breve, dos veces bueno. Eso sí, redactada con mucha educación y afecto, para no desentonar con nuestro presente, recordándole que en todo caso incentivar la separación de basura mediante deducciones fiscales, por ejemplo sobre el impuesto de recogida de basuras, quizá sea una medida mucho más efectiva que las multas, además de tener el efecto beneficioso de despejar nuestras dudas respecto a la intención recaudadora de la administración.

También es posible recordarles en esta nota, no es imprescindible, que estas deducciones fiscales son eficaces y realmente estimulan el cumplimiento de los objetivos. Hace unos quince años, este país se propuso arrasar la costa mediterránea, construyendo a pie de playa, quemando bosques y reduciendo parques naturales hasta que tuvieron el tamaño de una maceta mediana. Podemos decir con orgullo que lo hemos logrado y esto nunca hubiera sido posible sin la inestimable contribución de las diferentes administraciones, quienes ofrecieron todas las facilidades, incluidas desgravaciones fiscales a cualquiera dispuesto a arrasar un paraje natural y construir una urbanización. Les animo a potenciar las desgravaciones, a poner tapones en los tubos de escape de los coches, en las chimeneas de las térmicas y cementeras y si sobra alguno, pueden metérselo… en la boca.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Conviene recordar

El estado argentino ha decidido intervenir las entidades privadas que gestionan las pensiones de nueve millones de argentinos. Éste es uno de los riesgos del sistema privado de pensiones, los depósitos pueden esfumarse de la noche a la mañana por una crisis financiera, mala gestión o simplemente por la actuación irresponsable de unos sinvergüenzas decididos a jubilarse en cualquier paraíso tropical, mejor si también es fiscal, a cuenta del futuro de millones de personas.

Un economista argentino, aparentemente molesto con la intervención, lanzó una arenga contra esta medida. Según él, el Estado solo pretendía apropiarse del dinero de los jubilados para financiar su déficit. Después de esta afirmación, si alguien tenía alguna duda sobre la suerte de esos fondos, a estas alturas debe de estar temblando, santiguándose o las dos cosas a la vez. Posiblemente cuando el estado pueda intervenir esas entidades, el dinero ya habrá desaparecido y solo le quedarán dos opciones: asumir la responsabilidad garantizando las pensiones de los afectados o seguir el ejemplo del economista y escurrir también el bulto montando uno de esos espectáculos judiciales que invariablemente acaban en condenas ridículas y dejando a los afectados con una mano delante y otra detrás.

Este ejemplo, hay muchos más, debería recordarse cuando el político o empresario de turno pretenda vendernos el cielo en forma de privatizaciones. Es fácil reconocerlos por sus actos, pero especialmente por sus palabras. Son tipos obsesionados con el futuro, de una gran tenacidad y siempre acompañados de doña eficiencia y doña rentabilidad. Sus discursos, si sus palabras no son escuchadas y sus consejos ignorados, acaban siempre en catástrofe, su especialidad es acojonar al respetable. Sin embargo, existen ejemplos que niegan sus indiscutibles evidencias o como mínimo las cuestionan. Uno de estos ejemplos es Estados Unidos, donde los costes administrativos del sistema sanitario privado suponen un 25% del coste total, mientras que en países europeos con sistemas públicos de salud estos gastos no superan como media el 15%. La gran diferencia es que los sistemas europeos son universales y en el paraíso de la iniciativa privada, unos ochenta millones de personas o no tienen cobertura sanitaria o ésta es insuficiente para atender sus problemas de salud.

Son muchos y variados los estropicios de la tan cacareada eficiencia privada como gestor de pensiones y salud. Conviene recordar, cuando uno de esos charlatanes nos calienten los cascos con sus promesas, que la codicia, la incompetencia y las excusas singulares pueden darse en cualquier latitud, eso sí, la pasta y los sinvergüenzas acaban siempre reapareciendo en los mismos paraísos.

lunes, 20 de octubre de 2008

Justicia: Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece

Los secretarios judiciales convocan una huelga porque uno de los suyos ha sido sancionado por el Ministerio de Justicia. No recuerdo que hicieran lo mismo cuando una niña murió a manos de un pederasta. No sé si entonces, en un ejercicio de dignidad, detuvieron su actividad durante unas horas para, como mínimo, fingir conmoción por la noticia de que un delincuente, procesado y condenado, no ingresó en prisión por pura desidia; perdón, por un error, aprovechando ese periodo de "gracia" para cometer un nuevo delito.
Tienen motivos para estar indignados, ya que cuando se dispensa impunidad todos exigen para sí el mismo trato. Los jueces han dado ejemplo de su particular interpretación de la justicia. El buen nombre de los jueces estaba en entredicho y ellos han optado por confirmar a los ciudadanos, como ahora están haciendo los secretarios, que existen sobradas razones para dudar de su imparcialidad y posiblemente también de su integridad profesional. Ellos con su decisión han dejado muy claro lo voluble que puede llegar a ser su rigor y como las faltas propias siempre quedan eximidas o ridículamente sancionadas, mientras las de otros, a veces sin venir a cuento, son juzgadas con extrema dureza.
Estos secretarios deben preguntarse por qué uno de los suyos es suspendido de empleo y sueldo, cuando el juez responsable sale de rositas con tan solo una multa. Si les sirve de consuelo todos nos hacemos la misma pregunta. También a los ciudadanos nos asombra la desproporción de la sanción. Un error que conlleva el asesinato de una niña es ventilado con mil quinientos euros para uno y dos años de suspensión de empleo y sueldo para otro. Todo un ejemplo de equidad y justicia.
Ojalá todos nos volviéramos cuerdos y nunca más se cometiera una falta o un delito, que los particulares resolviéramos nuestros asuntos sin necesidad de juzgados ni jueces. Ojalá llegará el día que pudiéramos enviar a todos estos tipos de corazón duro a sus casas, a mirarse en el espejo, para que pudieran ver sus conciencias reflejadas en él sin el alivio de la impunidad concedida por sus iguales.

viernes, 17 de octubre de 2008

Desconfianzas, hígados y pensiones.

Por fin el Presidente del gobierno y el líder de la oposición se han reunido, no sabemos si a cara de perro o a pecho descubierto para discutir las medidas ante la difícil situación económica. Pese a la reticencias del líder de la oposición, las fuerzas sobrenaturales de la Banca, por algo financian las campañas electorales, han logrado sentar a ambos políticos, si no juntos si al menos frente a frente.

Parece ser éste era un trascendente e imprescindible trámite para transmitir una imagen de unidad ante la crisis económica. Un gesto de tranquilidad y responsabilidad destinado a calmar a inquietos ciudadanos, quienes hasta hace unas semanas vivíamos felices y contentos porque nuestros Bancos eran la leche de solventes y fiables. Nuestro ruedo ibérico parecía inasequible a las convulsiones financieras, nuestros profesionales de banca estaban lejos de las irresponsables prácticas de sus colegas europeos y norteamericanos; eran, en definitiva, todo un ejemplo de seriedad y rigor.

Claro que la fachada de seriedad y rigor de esos profesionales duró muy poco tiempo. Una mañana el ministro del ramo nos desconcertó. Nuestros banqueros eran igual de impresentables como el resto de sus colegas, aún así nuestros ahorros estaban a salvo y es entonces cuando nos ponemos en alerta, no por nuestros ahorros, sino porque conocemos nuestro país y el “modus operandi” de alguno de sus políticos. Es entonces cuando este país de “paganos” impenitentes empieza a preguntarse con evidente fastidio cuánto nos costará la solvencia de nuestros Bancos. Sólo los “mileuristas” muestran indiferencia, al fin y al cabo sus ahorros caben en un monedero y este les acompaña a todas partes, solo esta sujeto al peligro de ser saqueado por vagos y maleantes, gente a la vista de los acontecimientos, infinitamente más confiable que esos "brokers" metidos a "destroyers".

Esos días de octubre contuvimos el aliento, el país avanzó a cámara lenta, los gestos serios y adustos de nuestros líderes era una premonición del zarpazo que nuestros bolsillo iban a sufrir. Cuando oíamos las palabras futuro, superación y sacrificio nuestros hígados se contraían un poco más, enviando a nuestros bolsillos pinchazos de aprensión. El problema de nuestros Bancos no era una cuestión de dinero, sino de confianza entre ellos. Argumento muy razonable y fácilmente aceptado. Se requiere una lobotomía para confiar en un Banco. Finalmente llego el día, la confianza interbancaria solo costaría ciento cincuenta mil millones de euros…hasta final de año. Todos nos quedamos patidifusos. ¿Pero esta gente cómo se apellidaba, Montescos o Capuletos? ¿Qué leían en el desayuno, Bodas de sangre? Porque ciento cincuenta mil millones de euros para capear tres meses, era mucha tela en desconfianza. Nuestros hígados buscan alternativas, quizá mediadores o terapias de grupo servirían para limar asperezas entre ellos y nos ahorraríamos una pasta. Nada de eso, insiste el ministro; hay que aflojar la mosca. Y el ministro que es de Hacienda pero también tiene sentimientos, añade… No costará ni un euro al contribuyente y nosotros, la fiel infantería, con los hígados ya corroídos por la cirrosis respiramos aliviados y pensamos, “menudo mosqueo pillarán los lituanos cuando se enteren que han de pagar nuestra deuda nacional.”

Finalmente el Presidente del Gobierno y el Líder, a duras penas, de la oposición, para oficializar el final de las hostilidades interbancarias, para escenificar “la paz de los tres meses” se reúnen. Luego llegan las declaraciones conjuntas, el presidente como el que no quiere la cosa, así de pasada, afirma tener intención de convocar el Pacto de Toledo. La Seguridad Social debe adaptarse, reestructurarse para enfrentarse al futuro, si bien ya estamos acostumbrados a la suavidad de Zapatero, nos sorprende la tranquilidad de Rajoy. Cuando este deja el aspaviento durante cinco segundos para permitir hablar a su contrincante es cuando realmente nos entra a todos el pánico, especialmente cuando sabemos que este tipo hasta hace dos días exigía, como forma de capear el temporal, el abaratamiento del despido y más flexibilidad laboral.
Ahora coñas aparte y desconfianzas incluidas, me pregunto si debemos tener motivos para estar preocupados, si los periodos de carencia de nuestras prestaciones serán ampliados o su cuantía será reducida. Y ya puestos a sentir miedo, me pregunto también, si esa reestructuración incluirá, ante la falta de liquidez de esa banca tan estupenda, privatizar total o parcialmente nuestro fondo común de pensiones para que después de la tregua navideña puedan continuar desconfiando sin que a nosotros nos cueste nada o casi nada.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Teoría del dominó

Hace unos días leí una noticia de aquellas que te despiertan de golpe. Al parecer el ejército de los EEUU ha perdido la discreción. La compostura no la ha recuperado desde 1945 y ahora públicamente se jacta de que sus “Rambitos” realizan incursiones dentro del territorio de Pakistán en busca de torvos terroristas que han hecho de las montañas de ese país su base de operaciones y entrenamiento.
Recordé entonces la teoría de las fichas de dominó postulada por Eisenhower. Según este general, metido a presidente, si el gobierno de Vietnam del sur se desplomaba sería la ficha que provocaría la caída encadenada de otras “fichas” hacia el comunismo. En esta lógica las diferentes administraciones intensificaron su intervención en ese país hasta llegar a implicarse abiertamente en el conflicto.
Durante la guerra algunos perspicaces generales se dieron cuenta de que los chicos malos de Hanoi estaban utilizando Camboya como ruta de aprovisionamiento. En esos momentos una actuación directa hubiera sido muy mal vista por una opinión pública bastante mosqueada con la guerra, así que los estrategas recurrieron al viejo truco de hacer la guerra con la mano izquierda mientras con la derecha firmaban desmentidos. Ninguno de esos desmentidos, ni siquiera el cinematográfico de John Rambo, cambiaron los acontecimientos. Esa guerra y sus consecuencias seguramente son uno de los ejemplos más imbéciles y trágicos de profecías auto cumplidas.
Más de treinta años después nos encontramos de nuevo a los valientes chicos de las compañías alpha y bravo metidos en un berenjenal de consecuencias imprevisibles. El gobierno de Pakistán está muy debilitado, se enfrenta por un lado a los talibanes afganos que utilizan su territorio como base de operaciones y por el otro a una población cada día más radicalizada y si no tuviera suficiente con estos problemas, ahora tiene que bregar con unos tipos con la cara pintada y mascando chicle que se pasan la frontera pakistaní por el Arco de Adriano mientras disparan a cabras y pastores como si celebraran el cuatro de julio.
Seguramente desestabilizar a una nación con un arsenal atómico que no esconde, no debe de ser la mejor de las ideas, ni tampoco permitir que unos grupos radicales cambien fusiles por plutonio. Resulta difícil creer que las mentes del Pentágono no sean conscientes de los riesgos de extender la guerra a Pakistán, salvo que su intención sea justamente ésa, desestabilizar y dar la oportunidad al Patton o al Musharraf de turno poner las agallas sobre la mesa, mientras civiles inocentes ponen la sangre.

domingo, 12 de octubre de 2008

Menudo coñazo ( en el ámbito privado, claro)

Mañana es lunes y este año la fiesta nacional en solidaridad con las serias dificultades de nuestra economía ha decidido caer en domingo. Mañana no habrá excusas patrioteras para quedarse en cama. No hay mejor tributo a la patria que levantarse e ir a trabajar, aunque lo hagas cagándote en tó mientras finges tener prisa e interés por llegar a esa maldita nave, en ese puñetero polígono diseñado por un arquitecto especialista en laberintos y en que todas las naves industriales sean iguales. Y si no fuera por las furgonetas de SEUR que pasan de todo y aparcan como les da la gana, te meterías en otra empresa con la misma fachada, el mismo capullo en la puerta y las mismas caras de cansancio.
Entras corriendo para encontrar la cara torcida del gilipollas que cobra diez euros más que tú al mes pero se comporta como si la empresa fuera suya o sus problemas de todos. Saludas a tus compañeros con un gruñido, nadie se ofende, a esas horas todos somos perros cansados, otros ni siquiera pueden gruñir, se han pasado el fin de semana haciendo de seguratas o camareros con la esperanza de poder arañar unos días de gracia al Banco, empeñado en llevarse por delante piso, muebles y coche al menor retraso en los pagos.
A las once llega el jefe mirando el reloj como si hubiera desayunado con un ministro y llegara tarde a cepillarse a un banquero. El capullo de los diez euros se arrastra babeando hasta él y pregunta al Sr. Pérez cómo está, cómo ha pasado el fin de semana y si el Sr. Pérez necesita alguna cosa. Y el Sr. Pérez que es un cachondo y aún le dura el efecto del Chivas que se ha tomado en el desayuno, se lo quita de encima llamándole mosca cojonera. Y el capullo, por algo se ha ganado el título de capullo, retrocede sonriendo mientras mira por el rabillo del ojo, a ver quién está riendo la ocurrencia del jefe.
Pero no tiene suerte, estaremos aún dormidos, pero llevamos semanas viendo como el jefe cuando nos mira pone cara de ERE (Expediente de regulación de empleo). Se ha convencido al final de que nadie faltará a su puesto de trabajo, nadie caerá en coma, al menos antes del nuevo año. Así que ha decidido entrar a saco y llorarle al gestor, al cual le da exactamente igual cuántas lágrimas derrame el empresarillo, que entre pucheros y mocos se ve en la obligación de poner a sus queridos esclavos en la puñetera calle. Al gestor se la suda, solo piensa cómo cobrar antes de tramitar el ERE, no vaya a ser que las dificultades de ese tipo sean reales y las lágrimas al final las ponga él.
A las doce el impresentable vestido de Armani sale de su despacho y vuelve a mirar el reloj mientras sonríe a Carmencita, la secretaria con dos enormes talentos y una sonrisa que nos derrite a todos. Ella aguanta resignada las gracias e insinuaciones del jefe y sus comentarios taberneros le resbalan. Es una romántica y solo tiene ojos para su novio de toda la vida, ese mensajero ojeroso y con los pulmones fastidiados por la cantidad de tubos de escape que se fuma cada día. Si no fuera por su simpatía y buena memoria esta empresa se hubiera ido hace mucho tiempo a tomar por el culo. Además de talentosa, simpática y romántica, es cojonuda, ella nos ha soplado lo del ERE.
El consultante del Rolex nos ha ido preparando para cuando llegue el momento. Que las cosas no van bien, que los bancos no aflojan pasta, que estamos fatal. Pero cómo vamos a ir bien pedazo de gilipollas, si cada año cambias de Mercedes y en tu casa hasta el perro tiene yacuzzi. El coche no cuesta nada a la empresa, es un “leasing” dice él. Su puta madre pensamos el resto. ¿Y quién paga la casa en La Moraleja? ¿Y el dúplex en Alicante ? ¿Y el chalet en la sierra ? Y los gastos en putas y fiestas con la excusa de vender tornillos, que serían los que tu habías ido perdiendo, porque en esta empresa siempre hemos fabricado tuercas.
A veces vendías algo, pero en otras ocasiones los tipos miraban el reloj mientras apartaban tetas y copas, maldiciendo por lo bajo porque ya no llegarían a tiempo al partido del nieto y acababan comprándole las tuercas a un chino de Hong Kong que lo único cachondo que tenía era el acento.

Ahora, el pobre del Rolex y del Mercedes en la puerta pasa apuros para llegar a final de mes, él ya no tiene nada, todas sus propiedades son de “leasing”. Y yo pensando que su madre se llamaba Paquita, quien después de haberse matado toda la vida para tirar adelante a tres hijos, descubrió cómo hacer fortuna cuando la pobre ya no reconocía a nadie y desde entonces ha sabido acumular, en el trastero de casa, varios kilos de billetes de quinientos euros. Lo dicho, mañana a las siete todos desfilamos por la Castellana camino del trabajo, es verdad, es un auténtico coñazo y que dure.

viernes, 10 de octubre de 2008

Crónicas de un marciano perplejo (y algo mosqueado)

En tiempos de crisis las medidas firmes y decididas son imprescindibles. Pero tan necesarias como estas, son las grandes dosis de fingimiento, las únicas realmente capaces de transmitir a inversores y ciudadanos tranquilidad. Especialmente en un mercado tan voluble como el financiero, sensible como ningún otro a los rumores, a la histeria, a los desfalcos y a las caídas de nivel cuando las cosas se complican excesivamente.
Una posible estrategia para transmitir seguridad a los clientes y ciudadanos es actuar como si no hubiera pasado nada. Mantener los viejos hábitos y costumbres, incluso cuando estos pueden ser interpretados de forma equivocada o dar pie a comentarios maliciosos. No todo el mundo es capaz de tragarse la vergüenza y continuar derrochando el dinero ajeno pese a los fracasos. No debemos precipitarnos en el juicio a los directivos de AIG, quienes después de ser testigos del duro trance de ver a su entidad intervenida, destinaron casi medio millón de dólares del contribuyente a reponerse en un hotel de la ansiedad y angustia provocada por ese luctuoso incidente. Como buenos profesionales superaron todos sus escrúpulos morales, todas sus dudas y sobreponiéndose a la vergüenza pública y a la más que segura incomprensión de los ciudadanos, optaron por tomar una decisión que acredita su valentía y gallardía: continuar con la fiesta como si nada hubiera ocurrido.
Era inevitable que voces poco conocedoras de ese mundillo donde a menudo los beneficios sólo son resultado de una desproporcionada mezcla de codicia, estupidez y despropósitos, reprobaran su conducta. Resultado de la indignación de esos ignorantes, estos ejecutivos quizá deban abandonar unas prácticas que al final hubieran repercutido de forma positiva en el bienestar de todos.
Para nuestra fortuna no son los únicos. Otros cientos de ejecutivos, quizá más discretos que sus colegas de AIG, continúan empeñando su buen nombre y nuestros impuestos en devolver al mercado la confianza con sus extravagantes e incomprendidos despilfarros.
Estos tipos, hay que reconocerlo, son gente dura, no sé si de carácter, mollera o cara. Debemos inclinarnos y alabar su indisumulado empecinamiento en demostrarnos que realmente nada serio ha ocurrido. Y no les falta razón, después de perder los ahorros de millones de personas, de poner en peligro las pensiones de otras tantas y de dejar al mundo al borde del colapso económico, aún conservan sus empleos y patrimonios, así que tan terrible no ha de ser el asunto.
Personalmente creo que debemos como ellos insistir y sumar más actores a la comedia. Ahora es el momento de que jueces y fiscales entren en escena y actúen como si tuvieran la intención de procesarlos, como si tuvieran la intención de darles la vuelta y sacudirlos hasta que no les quedaran ni monedas sueltas en los bolsillos. Es más, invito a los políticos, quienes gracias a nuestro dinero se han ganado el derecho a formar parte del reparto, que también intervengan en la representación. Que les cojan por el cuello,mientras les patean el culo y los saquen de sus despachos para ponerlos de patitas en la calle. Estoy seguro de que el patio de butacas aplaudirá rabiosamente cuando el telón caiga. Y después de esa catarsis, calificada por algunos de boba o mezquina, quizá no recuperemos la paz interior, pero al menos servirá para empezar a restablecer la confianza, no ya en los mercados financieros, pero sí en los políticos y funcionarios encargados, en nuestro nombre, de gestionar la crisis.