
Los soldados de la OTAN, incluidos los nuestros, están allí amparados por una resolución de la ONU; empantanados en una misión humanitaria y de lucha contra el "terrorismo global" o eso nos cuentan. Pero las soluciones militares por sí solas no resuelven ningún conflicto, como tampoco la supuesta bondad de su misión, resiste la simple observación de un mapa. Afganistán y Pakistán son claves para los intereses occidentales en la zona, son la única salida al mar del mítico y supuestamente abundante petróleo del Cáucaso. Es cierto que existen otras vías para hacerlo llegar hasta nosotros, pero pasan por Moscú o Teherán, que como intermediarios son sujetos poco fiables y seguramente sus intereses se encuentran más cómodos con un Afganistán inestable y un Pakistán poco favorable a las necesidades energéticas occidentales.
Así que esta guerra tiene muchas posibilidades de transformarse en un largo conflicto. Si tenemos suerte y la diplomacia hace bien su trabajo, es posible que la misión humanitaria de la ONU no transforme aquella región en un polvorín y allí, no lo olvidemos, aparte de pólvora también almacenan plutonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario