domingo, 28 de diciembre de 2008

Publicidad navideña

Un amigo ha tenido la gentileza de enviar un vídeo donde se nos da una posible explicación a porqué Papa Noel a veces no atiende nuestras peticiones. Solo es una hipótesis, quién sabe si es la correcta.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Navidad ¡Sálvese quien pueda!

Según el calendario de el Almendro la Navidad ha quedado oficialmente inaugurada. Ya se ha dado la señal de salida para comportarnos como personas estupendas o como mínimo fingirlo durante unos días. Esta aparente “tregua a la infelicidad” no deja de tener un cierto componente perverso, estas fiestas parecen construidas para joder a quienes están o se sienten solos. Durante la mayor parte del año, nuestras vidas transcurren con “monótona placidez” (no siempre es así pero concedámonos una pequeña licencia), sin reparar demasiado en los demás y sin que estos nos presten excesiva atención. Nuestras vidas y también a veces nuestra soledad pasan desapercibidas incluso para nosotros mismos. Pero llegan estas fiestas y el delicado andamiaje que hemos construido durante todo el año se nos cae en cuestión de dos anuncios televisivos donde los actores son la leche de felices y tiernos, de hecho cobran por fingir ser tan estupendos, eso por si alguien aún no había logrado explicarse la razón de tanto entusiasmo. Estos días solo son extraordinarios por una cosa, es increíble que no aumenten los casos de diabetes, no por los excesos alimenticios, sino por la cantidad de tonterías azucaradas que tragamos por ojos y oídos. Por eso no está de más recordar estos días a viajeros, nómadas y turistas accidentales que no pasa nada por transitar por la vida ligero de equipaje. A todos buena suerte.






PD. Si alguien tiene algún video de publicidad navideña y quiere que lo cuelgue puede enviarlo a terraincognita.jga@gmail.com ( no Claudia, no estoy bromeando) de hecho, juro por Dios no volver a dejar pasar un solo día sin mirar el correo. Un fuerte abrazo a todos.

sábado, 20 de diciembre de 2008

John Steinbeck † 20 de diciembre de 1968

Un hombre, una familia, obligados a abandonar su tierra; este coche oxidado que cruje por la carretera hacia el oeste. Perdí mis tierras, me las quitó un solo tractor. Estoy solo y perplejo. Y por la noche una familia acampa en una vaguada y otra familia se acerca y aparecen las tiendas. Los dos hombres conferencian en cuclillas y las mujeres y los niños escuchan. Éste es el núcleo, tú que odias el cambio y temes la revolución. Mantén separados a estos dos hombres acuclillados; haz que se odien, se teman, recelen el uno del otro. Aquí está el principio vital de lo que más temes. Éste es el cigoto. Porque aquí ‹‹he perdido mi tierra›› empieza a cambiar; una célula se divide y de esa división crece el objeto de tu odio: ‹‹Nosotros hemos perdido nuestra tierra››. El peligro está aquí, porque dos hombres no están tan solos ni tan perplejos como pueda estarlo uno. Y de este primer ‹‹nosotros›› surge algo aún más peligroso: ‹‹Tengo un poco de comida ›› más ‹‹yo no tengo ninguna››. Si de este problema el resultado es ‹‹nosotros tenemos algo de comida››, entonces el proceso está en marcha, el movimiento sigue una dirección. Ahora basta una pequeña multiplicación para que esta tierra, este tractor, sean nuestros.
"Las uvas de la ira"

viernes, 19 de diciembre de 2008

Respuesta a la pregunta del comentario anónimo

Exactamente, soy ese Javi, el del García intercalado. Te dejo una dirección de correo electrónico y así yo también salgo de dudas, muchas pistas no has dado. Un abrazo y hasta pronto. terraincognita.jga@gmail.com

Artur "Mad" Mas (Crónicas de un marciano perplejo)

Artur Mas, el secretario general de CiU, ha prometido si gana las elecciones dejarnos a todos pisar el acelerador hasta que el pie toque el asfalto. Basta ya de tonterías al volante. ¿Qué es eso de reducir la velocidad en los accesos a Barcelona, de limitar mi derecho a decidir como quiero morir o matar? Todo el mundo sabe que los tipos duros no bailan y gustan de morir al volante, ¿o acaso James Dean sería una leyenda si hubiera respetado el límite de las 55 millas?. Esa es una promesa electoral en toda regla, yo incluso la calificaría de grandiosa, muy pocas veces un político, en tiempo de paz, nos ofrece la oportunidad de pasar a la inmortalidad con un volante incrustado en el pecho.
Este candidato debe de ir mucho más lejos, no solo para resultar convincente, sino también para no parecer un cobarde y no defraudar a los suicidas en potencia que cada día cogen el coche y lo utilizan como armas mortales. Debe prometer, pero promesa de la buena, no de la otra, que el atropello de peatones, incluso si tiene lugar sobre la acera, no restará puntos ni servirá como excusa a la aseguradora para incrementarnos la póliza. Que el alcoholismo habitual o de fin de semana no será causa de sanción ni motivo para inmovilizar un vehículo; es más, los controles de alcoholemia deberán contar entre sus integrantes chicas en minifalda y generosos escotes para animarnos a correr y darnos la salida en las ocasionales y espontáneas carreras que se puedan organizar. Estos controles además deberán exigir a todos los conductores superar el límite legal de alcohol para poder continuar circulando y si alguien ha tenido la desagradable idea de conducir sobrio, los agentes le invitarán a beber a cuenta de la DGT, por supuesto, hasta tener la absoluta garantía de que se matarán o se llevarán por delante a una familia entera. Y a las víctimas que las jodan, que los muertos no votan.

martes, 16 de diciembre de 2008

Timadores y timados

Debemos reconocer que los timadores y estafadores tienen algo de villanos y mucho de artistas. Son excelentes conocedores de la naturaleza humana y poseen el talento y la habilidad necesarios para explotar en su beneficio nuestras debilidades y ambiciones.
Si su actividad se redujera a los ingenuos hace tiempo que su profesión hubiera desaparecido. Los timadores no pueden limitar a los incautos su campo de operaciones; su mejor aliado ha sido y siempre será la ceguera de los estafados, demasiado ocupados en saciar su codicia y calcular sus futuros beneficios como para percatarse del engaño. En este sentido, el timador tiene las artes de un prestidigitador, ya que con una mano nos distrae mientras que con la otra nos vacía la cartera.
La duración del engaño puede ser corta o larga, pero invariablemente siempre acabamos descubriendo que las “estampitas” no eran billetes y los fabulosos rendimientos ofrecidos solo una quimera financiada con nuestro dinero y el de otros incautos. Es entonces cuando surge otro de los grandes aliados del timador: el silencio derivado del temor al ridículo. Y no les falta razón, porque en estas estafas, especialmente las de larga duración como la del Sr. Madoff, interviene un importante componente afectivo, un intenso efecto hipnótico que nos lleva incluso a olvidar una de las primeras premisas cuando hay dinero de por medio, que es no confiar ni en nuestras madres.
Ahora los estafados, los principales perjudicados, son miembros de la “aristocracia financiera”, siendo los mismos que durante años han hecho su agosto gracias a la falta de controles y a la absoluta desidia de las autoridades reguladoras. No voy a sentir lástima por esta gente. Las circunstancias que tan hábilmente aprovecharon durante todo este tiempo se les ha vuelto en contra. La vida es así de chistosa y uno debe aceptar estas ironías con resignación.
Me preocupan más quienes perdieron sus pensiones en la quiebra de Enron o los pequeños ahorradores que de buena fe y siguiendo los consejos de “expertos” depositaron su dinero en entidades de reconocido prestigio y fueron testigos de cómo se evaporaba. Si por alguien he de sentir compasión es por los muchos millones de personas que pasaron hambre por la salvaje elevación del precio de los alimentos, empujados por la especulación y la codicia de inversores solo interesados en incrementar sus beneficios al margen de cualquier otra consideración. Sí, el Sr. Madoff es un estafador, pero no tengo muy claro si sus clientes eran mejores que él. En este caso la línea de separación entre el timador y los timados es muy delgada.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Avatares

Cuentan que William Shatner, el inolvidable Capitán Kirk, espetó un “buscaros una vida” a un grupo de fans. Es inevitable no reconocer la dosis de crueldad del comentario, sin embargo no podemos despreciar su afilada certeza. Quizá siguiendo el consejo de este actor, quizá llevados por la insatisfacción o el simple deseo de vivir una aventura desde sus casas, algunas personas han buscado y encontrado una vida en esos mundos llamados virtuales, llegando a transformar esta ilusión en auténticas existencias paralelas capaces de condicionar e influir en sus decisiones, incluso una vez apagado el ordenador.
La esposa que solicitó el divorcio porque sorprendió al avatar de su marido requiriendo los servicios de otro avatar, en este caso una prostituta, solo es un ejemplo. La historia de esta pareja, todo hay que decirlo, es un tanto peculiar. Se conocieron a través de Internet, se casaron y más tarde repitieron la ceremonia en Second Life. En resumen, la virtualidad parece ser haber sido un componente esencial en su relación, hasta ser también determinante en el final de la misma. Evitando el sarcasmo, no por falta de ganas, sino por aquello de la tregua navideña, no puedo dejar de preguntarme cuál de los dos está peor. Si él, por pagar a un dibujo animado para masturbarse o ella, por extender las consecuencias de la traición al mundo real. Posiblemente hubiera sido más coherente que el herido avatar de la esposa hubiera solicitado el divorcio del infiel avatar del marido (lo sé y lo siento, parece un culebrón) es decir, restringir el conflicto al mundo virtual donde tuvo lugar.
Es en la decisión de la esposa donde encontramos la clave de todo este embrollo de avatares y de afectos heridos. La búsqueda de la tierra prometida es tan antigua como el propio deseo de la humanidad de alcanzarla y la tecnología ha puesto a nuestra disposición la posibilidad de construir un “yo” libre de todas nuestras carencias, que nos permitirá interrelacionarnos sin las limitaciones propias o auto-impuestas del mundo real. Esta opción es tan buena como cualquier otra, siempre y cuando conozcamos la diferencia entre buscar y fugarse. Tampoco podemos olvidar una cuestión esencial: nuestra naturaleza humana nos acompañará allí donde vayamos. Podemos construirnos una identidad, participar en un universo de héroes y villanos, de apuestos príncipes y bellas princesas, pero el corazón es el mismo en todas partes y si no andas con cuidado siempre te lo acaban rompiendo.
Quizá si algunos dedicaran menos dinero a irse de putas virtuales y más tiempo al cine, hubieran descubierto gracias a “Horizontes perdidos”, que vivir feliz y sin envejecer en Shangri-la es posible, siempre y cuando estés dispuesto a convertirte en un prisionero en el paraíso.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Salir por piernas (Comentario de un bellaco)

Cuando hay un tiroteo los expertos y también el sentido común dicen que es aconsejable agachar la cabeza, esperar a que se calmen las cosas y si es posible o no queda más remedio, salir del lugar moviendo el culo como si se tuviera prisa, preferiblemente evitando la trayectoria de las balas. Pese a las opiniones en contra de los “jabatos” de turno, especialistas en juzgar la valentía ajena desde los salones de sus casas, el salir por piernas es casi siempre la opción más inteligente. Permanecer en medio de una ensalada de tiros, aguantando el tipo sin una razón profesional para hacerlo, es de género estúpido o de naturaleza suicida. Una vez a salvo, cuando ya puedes levantar la cabeza sin riesgo de que te abran el tercer ojo, la mayoría podemos sacar al atleta que en esas circunstancias todos descubrimos en nuestro interior y continuar corriendo sin ningún tipo de complejo. Éste, supongo, es uno de los pocos privilegios de los peatones de la Historia, no necesitamos mantener la compostura cuando nuestra vida está en peligro.
Pero aquellos, los llamados líderes, cuando ya han puesto distancia con la amenaza deberían reprimir sus impulsos maratonianos y esperar hasta que el último de los suyos esté a salvo; solo entonces y tras estar bien seguros de que nadie se quede atrás, pueden continuar corriendo y hacerlo incluso descalzos. En estos casos la providencia agradece su demostración de responsabilidad y compromiso cuidando de ellos y evitando, por ejemplo, que sus pies sufran daños incluso cuando el suelo esté cubierto de cristales y sangre.

martes, 2 de diciembre de 2008

Afganistán

Afganistán es una nación agreste y posiblemente asilvestrada con una larga tradición de resistencia y expulsión de invasores, los ingleses en el siglo XIX y los soviéticos en el XX trataron de controlar ese territorio y sus ejércitos fueron triturados por unas tribus curtidas en la guerra, financiadas con el tráfico de opio o por alguna potencia dispuesta a aprovechar los errores de sus oponentes. Ese país es inconquistable e ingobernable y la experiencia soviética debería haber servido de advertencia de que el número de soldados y tanques es irrelevante cuando se trata de luchar contra unas gentes para las que la guerra adquiere casi dimensión de manifestación cultural
Los soldados de la OTAN, incluidos los nuestros, están allí amparados por una resolución de la ONU; empantanados en una misión humanitaria y de lucha contra el "terrorismo global" o eso nos cuentan. Pero las soluciones militares por sí solas no resuelven ningún conflicto, como tampoco la supuesta bondad de su misión, resiste la simple observación de un mapa. Afganistán y Pakistán son claves para los intereses occidentales en la zona, son la única salida al mar del mítico y supuestamente abundante petróleo del Cáucaso. Es cierto que existen otras vías para hacerlo llegar hasta nosotros, pero pasan por Moscú o Teherán, que como intermediarios son sujetos poco fiables y seguramente sus intereses se encuentran más cómodos con un Afganistán inestable y un Pakistán poco favorable a las necesidades energéticas occidentales.
Así que esta guerra tiene muchas posibilidades de transformarse en un largo conflicto. Si tenemos suerte y la diplomacia hace bien su trabajo, es posible que la misión humanitaria de la ONU no transforme aquella región en un polvorín y allí, no lo olvidemos, aparte de pólvora también almacenan plutonio.