martes, 9 de agosto de 2011

La estrategia del avestruz

Unos barrios de Londres están que arden y no sólo en sentido figurado. Por más que he buscado no he podido encontrar ningún análisis que explique con detalle las posibles causas de este estallido social, sólo vagas referencias a conflictos raciales y un par de líneas que citaban los recortes del estado del bienestar y las altas tasas de desempleo como posibles causas. Por lo demás, la mayoría de la información se centra exclusivamente en los enfrentamientos con la policía, los saqueos y los incendios, poniendo especial énfasis en la violencia de los manifestantes. Parece ser que una vez colgada la etiqueta de “violento” es innecesario profundizar y analizar las posibles causas que han provocado el conflicto.

Estamos siendo testigos de cómo un gran número de ciudadanos, en diversos países, están saliendo a la calle mostrando un descontento que presenta elementos reivindicativos comunes. España, Gran Bretaña e Israel, donde trescientos mil jóvenes se manifestaron la semana pasada, son solo unos pocos ejemplos de un proceso que parece estar adquiriendo una dimensión global. Es innegable que algo se está moviendo y tampoco podemos negar al capitalismo la virtud de que, pese a las diferencias culturales y las distancias geográficas, ha sido capaz de provocar una reacción, cuyo denominador común es un amplio rechazo social a un sistema caracterizado por su naturaleza depredadora y su tendencia natural a generar profundas desigualdades sociales.

Confundir el síntoma con la enfermedad es un error. Tratar de reducir las manifestaciones a simples expresiones de violencia, además de tendencioso, es de género estúpido. Aplicando la estrategia del avestruz sólo se logrará que estos lícitos y legítimos movimientos se radicalicen; aunque claro, quizá ésta sea una consecuencia deseada por el “establishment”. Reducir las reivindicaciones a una mera cuestión de orden público evitará incómodos análisis que apunten a la necesidad de emprender reformas para equilibrar un sistema especializado en ensañarse con los más desfavorecidos.

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