jueves, 5 de julio de 2012

Bosón de Higgs

Hace unos años, cuando se inauguró el Gran Colisionador de Hadrones, no tenía nada clara su utilidad, ni por supuesto el sentido de una inversión multimillonaria cuando se despreciaban otros proyectos científicos. Aunque también es verdad, y eso sí debemos reconocérselo, que muy pocas de esas posibles investigaciones podrían ser vendidas como un instrumento de naturaleza casi metafísica, ya que gracias al Colisionador se podría demostrar la existencia del Bosón de Higgs. Ante tan trascendental posibilidad, aquellos que aprobamos física por los pelos nos preguntamos: ¿qué es eso del Bosón? ¿Algún personaje o comarca del Señor de los Anillos? Mi ignorancia, posiblemente compartida por muchos, requirió que para evitar que el honrado contribuyente torciera el morro al preguntarse porqué era necesario gastarse tantos millones en la búsqueda de algo tan ridículo como una partícula, se le asignase el épico epíteto de “Partícula de Dios”. Y claro, con la Iglesia hemos topado, porque evidentemente una cosa es despreciar el gasto de unos pocos millones en buscar una vacuna eficaz contra la malaria o cualquier otra chorrada por el estilo, y otra muy diferente negar que se tire la casa por la ventana en la búsqueda de la esencia de los Dioses.

Realmente el tema tiene narices, no solo por el contrasentido de que unos científicos adultos y en perfectas condiciones mentales utilicen a Dios para justificar un experimento, sino también porque el aparato ha resultado, en términos económicos, un pozo sin fondo. Aunque algo de milagroso sí debe tener el Gran Colisionador, ya que pese a la ola de recortes en servicios e inversiones públicas (esas que estimulan la economía y crean empleo), el “juguete” ni se ha enterado. Ayer la prensa anunciaba a bombo y platillo, no sé si para subirnos la moral o la fe, que: “Los científicos del laboratorio europeo CERN han anunciado este miércoles en Ginebra (Suiza) que tienen pruebas más que sólidas de que han observado por fin el bosón de Higgs”. Dicho en román paladino, que lo mismo la han encontrado, pero no están seguros. Algo no necesariamente negativo, al fin y al cabo, el escepticismo es una necesaria base científica. Claro que dicha afirmación, en boca del mismo grupo de científicos que hace unos meses anunciaron haber descubierto que los neutrinos eran capaces de viajar a mayor velocidad que la luz para después desdecirse, es como para dudar y preguntarnos si este anuncio no será una nueva pifia cuyo objetivo es tapar la anterior.

Pese a lo que se pueda interpretar de mis palabras, no tengo nada en contra de la Física, ni mucho menos de la ciencia, pero que me tomen el pelo y se gasten el dinero de mis impuestos en nombre de Dios, sin poder decidir a qué investigaciones se destinan los recursos, ya me resulta más molesto. Si de verdad esa investigación es tan trascendental y urgente para la humanidad, en lugar de recurrir al dinero público deberían pedírselo prestado a la Iglesia, al fin y al cabo, ella es la experta en cuestiones divinas.

No hay comentarios: