jueves, 6 de marzo de 2008

¿Huelgas?...¡Ya era hora!

En periodo electoral todo tiene un gran eco mediático y esta semana da la impresión de que medio país esta en huelga y el otro medio parece sufrir sus consecuencias. Creo que este panorama es exagerado, de hecho, la conflictividad laboral en nuestro país ha ido descendiendo y este descenso ha ido aparejado a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y a la disminución de sus derechos sociales. Así que yo no tengo tan claro que esa menor conflictividad sea un dato positivo, al menos para los asalariados.
Durante mucho tiempo a cuenta de la globalización y de la competitividad se ha puesto en cuestión el estado de bienestar. A cuenta del incremento de los beneficios presentes de unos pocos, se nos ha chantajeado con la posibilidad de perder nuestras futuras pensiones. Durante demasiado tiempo hemos sido amenazados con la deslocalización de empresas. Y con estos argumentos a medio camino entre la responsabilidad y la amenaza, se nos ha ido exigiendo más esfuerzo mientras disminuían nuestros salarios y los derechos sociales y laborales parecían eclipsarse.
Hemos sido prisioneros, y aún lo somos, de unos cínicos que nunca predican con el ejemplo del sacrificio, pero que lo exigen permanentemente a los demás. Cuando los autónomos, pequeños empresarios y asalariados estamos atosigados por la presión fiscal, las grandes empresas y multinacionales ofrecen beneficios empresariales vergonzosos. Cuando los trabajadores hemos visto perder nuestro poder adquisitivo y muchos jóvenes cobran absolutas miserias, hemos sido testigos de cómo algunos ejecutivos, entre amenaza y despido, aún tenían tiempo de escamotear al sistema tributario millones de euros. Y si alguien los considera un ejemplo a seguir, si alguien sueña con poder imitarlos, en estos tiempos de desigualdad y de pérdida de oportunidades, que despierte y continúe jugando a la lotería. Si alguien aún les ríe la gracia debería preguntarse si el estado deja de cobrar esos impuestos o simplemente distribuye el fraude aumentando la presión fiscal sobre el resto de contribuyentes.
No tengo nada contra los beneficios empresariales, son esenciales en nuestro sistema económico. Sí, en cambio, estoy en contra de la extorsión y de que el sacrificio siempre recaiga en los mismos. Así que por mi como si el otro medio país se pone en huelga, pero esta vez no por un dos por ciento de incremento salarial, sino para que el estado apriete los machos a quienes de nuestro esfuerzo y sacrificio hacen una fiesta.

1 comentario:

Unknown dijo...

www.deslocalizacion.com