miércoles, 9 de junio de 2010

Charles Dickens. † 9 de junio de 1870

Aunque el señor Gradgrind en nada se parecía a Barba Azul, pudiera decirse que su habitación era una cámara azul, de tanto como en ella abundaban los libros azules. Si eran capaces de demostrar algo - y por lo general podían demostrarlo todo-, era allí donde lo demostraban, formando un ejército cada vez más fuerte por la constante llegada de nuevos reclutas. En aquel departamento encantado se calculaban las más complicadas cuestiones sociales, se reducían a totales exactos, y finalmente, se resolvían..., siendo una lástima que no se enterasen de ello las personas a quienes más directamente interesaba. Lo mismo que si se construyese un observatorio sin abertura alguna al mundo exterior, y el astrónomo, aislado en su interior, dispusiese una reproducción del mundo estelar sin más recursos que pluma, tinta y papel, también el señor Gradgrind, dentro de su observatorio -y hay muchas gentes como él -, era capaz, sin echar una ojeada a las hormigueantes miríadas de seres humanos que había en torno suyo, de disponer de sus destinos en la pizarra y de enjugar todas sus lágrimas con un sucio trocito de esponja.

"Tiempos difíciles"

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