miércoles, 10 de marzo de 2010

Cerrado por excursión ártica

Durante esta semana me será imposible colgar ninguna entrada. Gracias al temporal de nieve, y por supuesto, a la siempre estimada compañía eléctrica que desde el lunes nos tiene a muchos ciudadanos a dos velas, nunca mejor dicho. Debo reconocer que estar en el interior de una vivienda a doce grados no es ningún record, pero sí, como mínimo, algo que se sale de lo habitual. De todas maneras no todo son malas noticias, después de muchos años he redescubierto la costumbre de meterme en la cama a las diez de la noche, ya que desde las siete no se ve tres en un burro y el apagón ha tenido un efecto inesperado, el silencio más absoluto, de hecho, ayer le comentaba a un vecino que llegué a pensar que habían evacuado el edificio y que se habían olvidado llevarme con ellos.

Desde aquí quiero aprovechar la ocasión para felicitar a la compañía eléctrica que parece utilizar el aluminio en sus torres de alta tensión y especialmente al ayuntamiento de mi lugar de residencia que al día de hoy aún no ha echado ni sal en una calle con una pronunciada pendiente. Pero tampoco quiero que consideren este comentario una crítica ya que gracias a esa imprevisión los vecinos hemos podido cruzar apuestas cuando algún coche intentaba subir o bajar la cuesta. Ha sido todo un espectáculo ver como cuatro por cuatro con reductora puesta se cruzaba o utilitarios que parecían deslizarse sobre un trineo y solo en el último segundo evitaban estamparse contra la puerta de un parking. Realmente quiero agradecer a tan ilustre consistorio el mimo y cariño que ha dispensado a todos sus vecinos y en correspondencia esperamos la visita de nuestro alcalde, el mismo que ha salido en televisión y radio quejándose con amargura de la compañía eléctrica y ha mencionado el dinero que los hoteleros están perdiendo. Después de esa declaración la comunidad de propietarios hemos decidido alquilar algunas habitaciones y obtener una licencia de Hostal, a ver si de esta manera el alcalde se acuerda de nuestra calle.

En resumidas cuentas, que gracias a la improvisación, a la falta de mantenimiento y a unas compañías eléctricas que solo son infalibles a la hora de cobrarnos los recibos, miles de ciudadanos llevamos varios días con el único entretenimiento de contar los pingüinos que han hecho de nuestras calles su residencia de verano. Hasta la semana que viene, si FECSA quiere.

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