Por Claudia.
Alex, tienes razón en que no me he parado mucho a pensar, pero fue por falta de tiempo, estaba dando gracias a Gaia por nacer en esta parte del mundo donde casi los únicos daños seguros son los que nosotros mismos nos provocamos los unos a los otros. Pero donde nacemos con una cierta seguridad de salvaguarda alimenticia y sanitaria y donde esos espectaculares terremotos y huracanes solo los “disfrutamos” en televisión.
Estaba dando gracias por no haber tenido la necesidad de recurrir a la selección genética para engendrar un hijo que me permitiese no ver morir a otro o para obtener células madre del cordón umbilical del recién nacido y salvar a su hermano. Porque, de haberlo necesitado, lo habría hecho sin dudarlo un segundo. Incumpliese las sagradas leyes físicas que incumpliese y atentase contra la sagrada ley génica que atentase.
Porque el amor es eso, es saltar cualquier precipicio, es ése:” Moi je t'offrirai des perles de pluie venues de pays où il ne pleut pas “ Es hacer lo imposible por evitar el sufrimiento de los que amas, sea con un billete de avión a una clínica belga donde, a cambio de una fortuna, te aseguran un hijo cuyo cordón umbilical curará a su hermano de una leucemia galopante, o sea jugando a ser dioses por un rato y cambiando las reglas de un juego al que nadie nos invitó a jugar.
Todos conocemos casos de niños que fueron engendrados como un último e inútil intento por salvar matrimonios ya fracasados. Eso es, aparte de estúpido, egoísta. Pero hacerlo para salvar la vida de un hermano que no cuenta con otra posibilidad de sobrevivir…a mí me parece un acto de amor maravilloso.
Estoy a favor de la investigación con embriones humanos para obtener células madre, aunque no abogo por otras propuestas de clonación dignas de un libro de Arthur C Clarke que encuentro totalmente rechazables. No acepto la manipulación genética para conseguir un niño rubio de ojos azules, más alto o más guapo; pero sí para evitar o curar enfermedades como el VIH o la diabetes, evitar el síndrome de Down o algunos tipos de cáncer.
Es decir, estoy totalmente a favor de utilizar la manipulación genética para curar, no para seleccionar. Y entiendo que debe de existir un rígido sistema de control que impida que nos dediquemos a crear monstruos o a alterar rasgos individuales a capricho.
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