Decía el general Von Clausewich que los planes militares tienen su propia gramática interna, pero no necesariamente han de tener lógica. Si bien el BCE no es un estado mayor, si parece tener en consideración la opinión de este general. La actual inflación es resultado del incremento del precio de los alimentos, petróleo y en general las materias primas. No está provocada por el consumo desbocado de los ciudadanos, quienes hemos tenido que frenarnos a la vista de las circunstancias.
Seguramente el incremento en el precio de estos productos sea resultado por una parte de la presión especulativa de fondos de inversión que han buscado refugio en estos mercados y por la otra, de unas redes de distribución controladas por un número de actores muy reducido y por lo tanto poco transparentes en la formación de los precios.
En este contexto el BCE con sus decisiones, consigue que los consumidores, principales víctimas del incremento de la inflación, lo seamos también de las políticas económicas destinadas a contenerla. Las cuales hasta la fecha han resultado del todo inútiles quizá porque no atacan la raíz del problema. A los ciudadanos nos cuesta entender no sólo la decisión de aumentar los tipos de interés, sino también porqué debemos vivir, sin poder hacer nada, atrapados entre la lógica especulativa de unos y la gramática de otros.
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